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Apoyo de la familia fundamental para triunfo de Osmar Olvera y Juan Celaya

Corazón y Determinación

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Ciudad de México.- Dos nombres resuenan con un eco de orgullo y emoción en el corazón de la nación: Osmar Olvera y Juan Manuel Celaya. Estos clavadistas, auténticos ejemplos de fortaleza y esfuerzo, lograron colgarse la medalla de plata en los Juegos Olímpicos París 2024.

Ganadores del segundo lugar y a tan solo dos puntos del Oro en la plataforma de 3 metros en clavados sincronizados, Osmar Olvera y Juan Manuel Celaya consiguieron la presea número 16 en clavados en la historia de México y la tercera en esta prueba.

Pero este es un logro que trasciende los números y que consolida dicha disciplina como la número uno de nuestro país con mejor desempeño en Juegos Olímpicos.

Desde niños iniciaron en la disciplina deportiva con el apoyo de sus familias

Osmar Olvera Ibarra, nacido el 5 de junio de 2004 en la Ciudad de México, desde muy pequeño, sabía que su pasión estaba en el agua. A los 2 años de edad sabía nadar a la perfección y gracias a su tío materno, Eric, empezó a practicar clavados a los 4 años.

Después de diversos retos como desprenderse de su familia a los 8 años de edad, mudándose a otra ciudad para empezar a entrenar de forma más profesional, pero siempre con la cercanía de sus padres, se convirtió en campeón mundial. Durante la competencia de hoy estuvo a solo 2 puntos de cumplirle la promesa a su madre de “ganarle a los chinos”, promesa que hizo con tan solo 8 años de edad.

Actualmente Osmar, de 20 años, estudia la licenciatura en Deporte y Bienestar, en la Universidad Anáhuac. Comenzó su carrera profesional en los clavados en 2017 y desde entonces ha cosechado múltiples premios. Debutó en Juegos Olímpicos en Tokyo 2020.

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De Monterrey para el mundo

Por otra parte, el también reconocido clavadista regiomontano Juan Manuel Celaya Hernández, mejor conocido como “Meme”, es una muestra evidente de que si trabajas adecuadamente con tu aburrimiento, puedes lograr grandes hazañas.

Desde muy pequeño, inició a practicar natación junto a su hermana, Ana, sin pensar que una visita a la Ciudad Deportiva de Monterrey lo haría enamorarse de los clavados debido a la fuerte adrenalina que lograron transmitirle.

A pesar de diversos obstáculos, con tan solo 11 años de edad comenzó a practicar de forma más profesional clavados, una oportunidad que sin duda le cambiaría su vida profesional.

Actualmente, Celaya estudia en la Universidad de Lousiana ingeniería civil, con una beca completa, su entrenador lo vio en una competencia internacional y se lo llevó a su equipo.

A pesar de la distancia, su mamá Liliana Hernández siempre está en comunicación con él, alentándolo, es implacable dicen, también lo ayuda a distancia creando estrategias para sus estudios y que pueda cumplir con ambas tareas.

Fue su madre la que lo llevó a sus primeras clases de natación, pero también le forjó el carácter y lo dotó de valores. Al niño Juan, de 11 años la entrenadora china Ma jin lo vio y se lo que quiso llevar, pero Liliana se opuso porque no había terminado de aprender los valores, le dijo la señora a la periodista Beatriz Pereyra.

El niño Juan Manuel debía recoger su cuarto, bañar a su perro y hacer su maleta él mismo antes de ir a una competencia; además debía sacar buenas calificaciones. Así se formó el deportista de alto rendimiento.

La mamá de Juan Manuel además de trabajar, lo acompañaba a las competencias fuera de su ciudad o internacionales y de su bolsillo se pagaron muchos viajes, como suele ser en México.

npq

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