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Perder la Copa Oro no es nada nuevo para el Tri
Ciudad de México,—El llamado ‘Gigante de la Concacaf’, que por cierto dejo de serlo desde el mundial del 2002, cuando perdió en cuartos de final ante Estados Unidos, otra vez se encuentra en el ojo del huracán por un nuevo tropiezo en la Copa Oro.
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Y aunque no es nada nuevo para el representativo mexicano, ya que prácticamente todos los entrenadores han perdido en el torneo regional. En esta ocasión parece que las derrotas consecutivas ante las barras y las estrellas, han calado en el ánimo del aficionado.
Pero el técnico nacional Gerardo Martino, puede estar tranquilo, prácticamente desde el mundial de 1994, todos los procesos mundialistas han tropezado en alguna edición de este torneo, es la piedra en el camino para el futbol mexicano.
Solo Miguel Mejía Barón, en 1995, y Bora Milutinovic en 1996, superaron el escollo sin problema, ganaron la Copa Oro.
La perdió Manuel Lapuente en el 2000, fue eliminado en cuartos de final ante Canadá. También cayo Javier Aguirre en el 2002 ante el invitado Corea del Sur. Una de las dos ediciones que disputo Ricardo Lavolpe la perdió, fue ante Colombia, también invitado en Cuartos de final del 2005.
La perdió Hugo Sánchez en el 2007 ante Estados Unidos, José Manuel De la Torre y Juan Carlos Osorio también fracasaron, todos los técnicos nacionales la perdieron en algún momento del proceso, pero a nadie le costo el trabajo.
Martino puede dormir tranquilo
Con Lapuente fue una de las gotas que derramo el vaso, y con Miguel Herrera, a pesar de que gano la edición del 2015, fueron temas de temperamento y mal carácter los que lo dejaron fuera del combinado mexicano.
A pesar de ser la Copa Oro el torneo en el cual México siempre esta obligado a ganarla, el tropezar no significará una ‘sacudida’ en la casa.
En esta ocasión, y a pesar de un par de resultados adversos ante Estados Unidos, la situación no puede ser distinta.
Las derrotas, además de dolorosas, deben de dejar enseñanzas y no perder de vista que los torneos regionales son prioridades intermedias, el primer y único objetivo del tricolor en el Mundial de Catar 2020.
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Si a esto le sumamos que la Copa Oro, ya no entrega, como en ediciones anteriores, la posibilidad de poder disputar una Copa Confederaciones, no tiene sentido cortar un proceso por un tropiezo a la mitad del camino.
Siempre dolerá caer ante los vecinos del norte en la Copa Oro, pero después de la madre de todas las humillaciones, en el mundial del 2002, estos fracasos no deberán de forzar un cambio de timón de manera tempestiva.
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