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Adiós al niño terrible del arte, José Luis Cuevas

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Ciudad de México.- El pintor y escultor mexicano José Luis Cuevas, fundador de la Generación de la Ruptura, murió este lunes a los 83 años de edad, confirmó el Instituto Nacional de Bellas Artes.

El dibujante, escritor, grabador, e ilustrador era considerado uno de los más destacados representantes del neofigurativismo. 

El artista, quien gozaba de prestigio nacional e internacional y que continuaba activo con exposiciones, se ganó un lugar en la historia del arte, como uno de los más destacados exponentes del dibujo, a la altura del español Pablo Picasso (1881-1973).

“Lo que busco es que, hasta el último momento de mi vida, no se pierda mi vocación por el arte; quiero trabajar todos los días hasta que el último dibujo aparezca. ¿Cuál será ese dibujo final? Es algo que me pregunto con frecuencia”.

“Cuando llegue el final quiero ser yo mi última obra”.

El artista pronunció estas palabras en febrero de 2016, en el marco de la inauguración de El color del amor, última muestra que expuso en el museo que lleva su nombre.

Este 3 de julio, día de su fallecimiento, su museo tenía programado un recorrido a medios por la exposición José Luis Cuevas y su exposición a 25 años.

Semblanza

José Luis Cuevas Novelo nació el 26 de febrero de 1934 en la Ciudad de México, arriba de la fábrica de lápices y papeles “El lápiz del águila”. Propiedad de su abuelo, el artista solía contar esto como un suceso que marcaría su destino.

En 1941 ganó un concurso de pintura infantil de la SEP con su autorretrato Niño obrero y se ganó el mote de “el güerito pintor”. A mediados de esa década ingresa a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, pero una fiebre reumática le impide continuar sus estudios, a partir de ahí se forma de manera autodidacta y comienza a exponer en 1948, después trabajó como ilustrador en el periódico The News.

Un episodio que solía relatar el artista era cuando su hermano mayor, Alberto, lo lleva a la Castañeda para que pintara a los enfermos mentales. Poco después, en 1953 expone por primera vez de manera formal en la Galería Prisse, y al año siguiente el Dr. Carrillo Gil lo ayuda y viaja a Washington.

En 1955 conoció al muralista David Alfaro Siqueiros, quien lo elogia, pero el joven Cuevas pronto se daría cuenta de su desencuentro artístico con el muralismo mexicano, y es célebre el artículo que se publica en 1958 en el Suplemento México en la Cultura, del periódico Novedades, una carta dirigida al periodista Fernando Benítez en la que hace referencia a la “cortina del nopal”, y que marcaría el inicio de su ruptura con la reconocida corriente mexicana, para formar la que después sería nombrada como la Generación de la Ruptura, en la que figuran Vicente Rojo y Manuel Felguérez.

 

En 1961 se casa con su musa Bertha Riestra, Bertha Cuevas, con quien procreó tres hijas, Ximena, Mariana y María José.

Los éxitos se sucedieron en los años siguientes y en 1970 el poeta mexicano Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, le dedicó el poema “Totalidad y fragmento”. 

En 1976 llevó su exposición “José Luis Cuevas. Su infierno terrenal”, luego se autoexilió en Francia, donde el Museo de Arte Moderno de París le dedicó una gran retrospectiva de dibujo. Tres años después regresó a México con la exposición “José Luis Cuevas. El regreso de otro hijo pródigo” en el Museo de Arte Moderno. 

Cuevas no dejó de exponer en el extranjero, poniendo en alto el nombre de México, de recibir reconocimientos, y en 1981 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

En 1985 inició su reconocida columna periodística “Cuevario”, en 1991 recibió el reconocimiento de la Orden de Caballero de las Artes y las Letras del gobierno de Francia y realizó la escultura monumental “La Giganta”. Al año siguiente abrió el museo que lleva su nombre, en la Ciudad de México.

Para 1994 publicó su libro biográfico “Gato Macho” y un año después elaboró un mural de talavera poblana en la esquina de las calles de Londres y Niza, en la Zona Rosa, área de la capital mexicana a la que, se dice, bautizó de esa manera.

En 1998 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, de España, le dedicó una exposición. Dos años más tarde falleció su esposa Bertha Cuevas y un año después conoció a Beatriz del Carmen Bazán, con quien se casó por lo civil en 2003.

Ese mismo año recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes y para 2005 Beatriz del Carmen asumió la dirección del Museo José Luis Cuevas.

En 2008 el Museo del Palacio de Bellas Artes le abrió las puertas con una exposición homenaje después de más de 50 años de carrera, ahí pronunció un emotivo discurso.

“Hace 50 años había una antipatía hacia mi persona en mi país, en la ciudad en la que nací y en la que encontré los primeros temas para llevarlos al dibujo. Era un ambiente hostil y a pesar de ello no hay rencor. Esta es la primera vez que entro al Palacio de Bellas Artes, del que no se puede negar su importancia”.

En los años recientes se suscitó una diferencia con sus hijas, que trascendió a la vida pública, debido a un conflicto entre estas y su segunda esposa Beatriz del Carmen Cuevas, con quien contrajo matrimonio después del fallecimiento de su amada Bertha Cuevas.

En 2013 la hospitalización del artista, cuya salud se había deteriorado, puso en evidencia el problema cuando las hijas del escultor denunciaron que no les permitían verlo.

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José Luis Cuevas

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