Cultura
Abren ventanas arqueológicas para resguardarnos del olvido
Ya puedes visitar la exposición
Ciudad de México.- Con motivo de la conmemoración por los 500 años de la caída de Tenochtitlan o de “resistencia indígena” abrió sus puertas este martes la exposición “Ventanas Arqueológicas: Templo de Ehécatl, Tzompantli y Casa del Marqués del Apartado”.
Ubicadas en sitios con una historia prehispánica, las ventanas arqueológicas tienen el objetivo de mostrar el pasado glorioso de la Ciudad de México.
A la inauguración el lunes asistieron la jefa de gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum, y la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.
“Las ventanas arqueológicas que hoy abrimos están situadas en uno de los sitios sagrados que más identidad nos han dado como país. Aquí se redescubre el origen, por primera vez en 500 años, el sol se posa sobre el tempo de Ehécatl”.
Así lo expresó Frausto.
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Ventanas arqueológicas que nos permiten asomarnos a nuestras raíces
La exposición reúne los trabajos arqueológicos más importantes realizados en el Centro Histórico, que han permitido desenterrar (descubrir), y exhibir los vestigios del México prehispánico de la Gran Tenochtitlan.
La apertura de estas ventanas es resultado de un trabajo común de arqueólogos, antropólogos, investigadores, restauradores, y trabajadores de la construcción, todos conscientes del tesoro que se muestra.
“Estas ventanas tan singulares nos permiten ver hacia dentro, resguardarnos del olvido, de la falta de memoria, del silencio al que se condenó y permaneció oculto nuestro interior más profundo: las culturas de México que se intentaron destruir. Este recorrido nos permitirá literalmente asomarnos a las raíces vivas de las culturas de México”.
Las ventanas arqueológicas emergen, o más bien nos sumergen, a la casa del Marqués del Apartado, al Templo de Ehécatl, al Calmécac, al Juego de Pelota, al Palacio de Axcayácatl y al Huei Tzompantli.
Estas ventanas se van articulando como un gran museo subterráneo. A partir de ahora nos ayudan a armar “piezas de una ciudad sagrada que imaginábamos y hoy la reconocemos en sus fragmentos”.
Después de 500 años nuestra historia es una historia viva, señalaron.
npq