Cine
Filmar con Luis Estrada es como ir a una fiesta familiar: Alfonso Herrera
¡Que viva México! ya está en cines
Ciudad de México.- Para el actor Alfonso Herrera, protagonista de la película ¡Que viva México!, que ya está en cines, regresar a filmar con el director Luis Estrada es como estar en familia.
Diez años después de filmar con el polémico cineasta, Alfonso Herrera estaba ansioso de volver al set bajo sus órdenes, y volvería a hacerlo cuantas veces se lo llame, dijo emocionado por el estreno durante una entrevista con la agencia AP.
Herrera actuó por primera vez para Estrada en el filme La dictadura perfecta (2014).
“En ese momento me topé por primera vez con un rigor que desconocía. Para mí también era muy interesante e importante regresar a ‘¡Que viva México!’, regresar con Luis y también entenderme a mí y entender dónde estaba parado”.
Al igual que En la dictadura perfecta, Poncho Herrera compartió créditos con los actores Damián Alcázar y Joaquín Cosío, quienes dan vida, cada uno, a tres personajes en el filme. Damián ha actuado en todas las películas de Estrada desde 1991.
Somos como una familia: Alfonso Herrera
“Estrada crea una familia y si eres leal, si eres respetuoso y eres empático para con la familia al final de cuentas, como con las familias, acabas regresando. Estar en el set con Luis y estar con esta familia es ir a una fiesta y es ir a divertirte”.
De qué va ¡Que viva México!
Veinte años atrás, Pancho Reyes, un próspero y “aspiracional” hombre de clase media, abandonó su pueblo natal y se olvidó por completo de su numerosa y paupérrima familia. Un día, recibe una noticia inesperada cuando su padre le informa que su abuelo, Don Francisco Reyes, un viejo y rico minero, acaba de fallecer, y que él es parte de su testamento y posible heredero.
Motivado por la codicia, Pancho decide regresar al remoto pueblo de La Prosperidad para reunirse con su distanciada y resentida familia, y lleva consigo a su mujer, sus hijos y su criada. Pero la sola presencia de Pancho, el favorito de su abuelo, considerado por toda su familia como un arrogante e ingrato fanfarrón; y la posibilidad de que sea uno de los herederos en el testamento, despiertan viejos sentimientos de envidia y odio que se han mantenido a flor de piel durante mucho tiempo, provocando una gran batalla.
Una especie de guerra en la que todo está en juego para luchar por la herencia entre Pancho y su campechana y vulgar familia: Los Reyes de la Prosperidad.
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