México
Aguiar comienza los cambios en la Arquidiócesis
Con la confirmación de la periodista y comunicóloga Marilú Esponda Sada al frente de la oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de México, el cardenal Carlos Aguiar Retes, recién entronizado arzobispo primado capitalino, parece estar dando los cambios que adelantó realizaría al cuerpo integral de la Iglesia de la ciudad que estuvo dirigida por más de 22 años por el cardenal Norberto Rivera Carrera.
La rápida transición en la protagónica oficina de comunicación -que lideró el ampliamente reconocido sacerdote Hugo Valdemar Romero Ascensión- fue anunciada por el purpurado ante su nuevo clero en la reunión del retiro espiritual de Cuaresma realizado este lunes 12 en las instalaciones del Seminario Menor arquidiocesano, donde también presentó a un par de sacerdotes que le acompañarán en una estrategia de renovación institucional.
De esta manera, el cardenal Aguiar Retes da un giro determinante en el modelo de comunicación que prevaleció en la Iglesia capitalina de la mano de Romero Ascensión desde 2003 cuando el sacerdote tomó las riendas de una oficina con grandes deudas y dificultades dejadas en la primera etapa del gobierno de Rivera Carrera.
Bajo el cuidado de la comunicadora queda ahora una instancia de gran presencia nacional e internacional y un equipo de trabajo que colocó la voz del cardenal Rivera en prácticamente todas las plazas nacionales y en no pocas del extranjero. En las mejores épocas del famoso semanario católico Desde la fe, la oficina de comunicación lograba hacer llegar formación religiosa a insospechables destinatarios con su tiraje de 650 mil ejemplares encartados en los diarios de la poderosa Organización Editorial Mexicana y, el equipo de Valdemar consolidó un nutrido grupo de lectores del suplemento dominical Eco Semanal y el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, donde se publica domingo a domingo la famosa ‘Editorial’ que para los periodistas hace las veces de voz institucional de la Iglesia en la denuncia del poder en México.
Con estos cambios en la comunicación diocesana, Carlos Aguiar Retes deja en claro que una mujer será la voz de una nueva comunicación en la Iglesia y, al mismo tiempo, un vínculo para la enseñanza, la asimilación y la puesta en acción con las dinámicas culturales contemporáneas. La decisión del cardenal Aguiar es un compromiso del jerarca capitalino con esa gran grey de liderazgos femeninos. Es la respuesta a una petición largamente silenciada para que la Iglesia ya no deje fuera de la toma de decisiones a más de la mitad de sus miembros y para que no se perpetúen signos de exclusión, marginación o discriminación contra el tremendo ‘genio femenino’ que es el que, en la gran mayoría de los casos, soporta la acción, la obra y la oración de las parroquias.
Esponda Sada recibe no pocos desafíos que habrá de asumir paulatinamente al frente de la oficina. El primero: la atención a los medios de comunicación presentes en la capital del país que llevan años de una relación tirante -por decir lo menos- con las autoridades de la Iglesia capitalina.
La joven directora trae en su talega muchas cualidades que quieren dar servicio a la visión del cardenal Aguiar Retes en la Iglesia del siglo XXI. Allí ha sido llamada para promover los valores de la libertad religiosa y el diálogo que emanaron del Concilio Vaticano II, están los deseos de una Iglesia que quiere dejar de ser antimodernista y de su transformación interior como institución. Aguiar y su nueva directora de comunicación trabajarán por ser pacientes artesanos del diálogo en un país donde se ha comprobado que ni la vieja ni la nueva política han sabido encarnar la regeneración que México necesita para salir adelante. El arzobispo ha hecho su movimiento para proponer el encuentro, para poner un marco de diálogo; veamos ahora quienes responderán con su mano franca.
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