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Alertan de riesgos por dietas milagrosas

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Ciudad de México.— La Secretaría de Salud (SEDESA) de la Ciudad de México exhortó a la población a evitar llevar a cabo dietas milagrosas o consumir productos que aseguren o prometan la disminución acelerada de peso en poco tiempo y sin realizar esfuerzo alguno, ya que pueden producir daños a la salud.

Tan sólo en el último mes de 2016, la SEDESA a través de la Agencia de Protección Sanitaria (APS) de la CDMX, aseguró durante un operativo de vigilancia sanitaria 66 productos milagro, entre ellos los destinados para bajar de peso como gel, pastillas y suplementos.

Las dietas restrictivas y bajas en calorías constituyen un riesgo para la salud, tanto por una falta de nutrientes o en el caso de los productos milagros cuando contienen anfetaminas, anorexigénicos, laxantes, entre otros.

Náuseas, vómito, desmayos, estreñimiento, gastritis, diarrea, baja en la presión arterial, baja de glucosa, problemas dermatológicos y taquicardias, son algunos de los malestares que se pueden presentar, aunados a una afectación en el funcionamiento de órganos como estómago, riñón, corazón e hígado.

Asimismo, se pueden producir efectos psicológicos negativos como confusión, depresión y trastornos de la conducta alimentaria como anorexia y bulimia.

Por el contrario, se recomienda adoptar un estilo de vida saludable y activo, basado en una alimentación que incluya, de manera equilibrada, todos los grupos de alimentos como verduras y frutas; cereales y tubérculos; así como productos de origen animal; disminuir el consumo de azúcar, grasa y sal en alimentos y bebidas; además de realizar, por lo menos 30 minutos de actividad física al día.

Se sugiere llevar a cabo cinco tiempos de comida al día: desayuno; colación o refrigerio; comida; colación o refrigerio y cena.

El desayuno se debe ingerir dentro de las primeras dos horas después de despertarse, lo que hará que el metabolismo se acelere y se prepare para proporcionar la energía necesaria.

Ayunar es perjudicial para el organismo, ya que se activan potentes mecanismos nerviosos y hormonales que se oponen a la pérdida de peso, provocando un mayor rendimiento del metabolismo corporal, con un mayor ahorro energético e incremento del apetito, lo que se traduce a la formación de tejido graso que origina problemas de salud y el que se debería reducir con una dieta saludable.

El consumo de agua beneficiará en gran medida a limpiar el organismo de toxinas que el cuerpo no necesita, así como a regenerar células y mantener una óptima hidratación, la cantidad de agua dependerá de cada persona y la actividad física que realice, pero en general se recomiendan de seis a ocho vasos de agua natural.

En algunos casos, con el afán de bajar de peso se incrementa de forma excesiva el consumo de agua, lo cual genera un riesgo a la salud, ya que los riñones encargados de filtrar los líquidos realizan un sobre esfuerzo, provocando la dilución de los minerales en la sangre, como el potasio y sodio, originando la aparición de calambres.

ebv

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