CDMX
Arquidiócesis de México muestra solidaridad con “esfuerzo incansable” de una madre de familia para buscar a un hijo desaparecido
Ciudad de México.— Este fin de semana, cientos de personas se reunieron para orar por los cinco jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno, Jalisco.
En la editorial en Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México recordó que en el atrio y a las afueras de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, que recién celebraba su fiesta patronal, no hubo alegría ni cohetes, sino veladoras, rezos, rosarios, oraciones que se elevaban para pedirle a Dios fortaleza y exigir justicia a las autoridades.
“Llegaron al lugar cientos de laguenses para acompañar a los familiares de Dante, Diego, Jaime, Roberto y Uriel, desaparecidos desde hace varios días. Pero también se hicieron presentes más personas que un día simplemente ya no volvieron a ver a sus familiares y que aún desconocen su paradero”.
La Arquidiócesis de México señaló que su caso no es el único ya que este año se ha vuelto frecuente escuchar denuncias de personas que han perdido a uno o a varios seres queridos.
En los últimos dos meses, detalló, el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, Francisco Javier Acero, se ha reunido en tres ocasiones con integrantes de la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas para escucharles y acompañarles. En esas reuniones, ellos han compartido la preocupación de que sus casos no alcancen suficiente visibilidad.
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Por ello hizo un llamado a ser sensibles a las historias de dolor, a conocerlas para unirnos como sociedad y encontrar en la unidad las acciones necesarias para frenar las desapariciones.
“Ellos buscan en canales de drenaje, en basureros, en acantilados, en desiertos, en bosques, en los Centros de Readaptación Social, en el Servicio Médico Forense, en las plazas públicas, en lugares inimaginables. Son miles, principalmente madres de familia, que se organizan en colectivos, en redes de acompañamiento y aprendizaje para compartir acciones y herramientas, y por supuesto, para abrazarse”, dijo.
Explicó que su búsqueda también puede ayudar a nivel personal, a nivel familiar, pues con ese esfuerzo incansable enseñan a encontrar al ser humano que ha desaparecido en cada uno de nosotros.
También hizo un llamado a no criminalizar a las víctimas, ni construir prejuicios. “Hoy más que nunca debemos recordar que nuestra tarea más importante es fortalecer el amor y ayudar a sanar las heridas, reconociendo que la superación de la violencia sólo será posible con el hábil uso de herramientas que se consiguen con la oración y con la educación que capacitan para hablar un lenguaje de paz”, señaló la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
ebv