México
Asimilar, resistir… recomenzar hasta la victoria, el camino de López Obrador a la presidencia
Ciudad de México.— La recepción de los poderes del ejecutivo federal no es un simple acto protocolar para Andrés Manuel López Obrador, es la síntesis de un largo camino personal, el momento que abreva un itinerario de múltiples escollos y la concreción de una profecía que fue construyéndose de a poco en buena parte de la sociedad mexicana.
El manual de prensa para la Transmisión del Poder Ejecutivo Federal, por ejemplo, no escatima en esta expectativa: El primero de diciembre del 2018 es el primer día de la Cuarta Transformación de la República Mexicana. El camino se ha completado, el tesón (quizá a veces testarudez) ha recompensado una búsqueda nacida en el corazón de López Obrador.
En su libro ‘No decir adiós a la esperanza’ (2012), Andrés Manuel reflexionaba sobre el porqué de su movimiento y sus argumentos para la transformación de la vida pública de México: “Buscando ese hermoso ideal del triunfo de la justicia sobre el poder, hemos aprendido que, aun en condiciones adversas, se va avanzando en la creación de conciencia, en la organización del pueblo y en la conquista de espacios políticos”.
“La fórmula es sencilla: asimilar las derrotas, resistir, avanzar, caer y levantarse, reincorporarse, recomenzar y así hasta la victoria. Todo depende de no perder la fe o desmoralizarse; de comprender que los procesos de transformación son lentos pero indispensables y sublimes”.
Finalmente, López Obrador alcanzó la victoria y, durante el tiempo de transición, ha presentado los principales objetivos de su gobierno; pero siempre hace falta revisar el origen y la ruta que ha llevado a este momento denominado el primer día de la cuarta transformación.
Época priista
Animado por el poeta Carlos Pellicer para colaborar en su campaña por el Senado, un Andrés Manuel López Obrador de 23 años se afilia al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y desde esa posición desarrolla trabajos de administración educativa, promoción de comunidades, delegado estatal indigenista y coordinador de campaña hasta llegar a la presidencia del comité ejecutivo estatal del PRI en Tabasco.
Su militancia priista fue fecunda y de ascenso meteórico; pero no libre de obstáculos. En lo político, su interés por transparentar el presupuesto de las alcaldías provocó su prematura salida del comité ejecutivo estatal y por su planteamiento ideológico, plasmado tanto en sus publicaciones periódicas como en sus dos libros sobre la historia política de Tabasco (‘Los primeros pasos, Tabasco 1810-1867’ y ‘Del esplendor a la sombra: La república restaurada, Tabasco 1867-1976’), fue acusado de “difundir ideas socialistas en las comunidades tabasqueñas” como consigna Moisés Sinhué García en ‘La Construcción de un Liderazgo: Esbozo Biográfico de Andrés Manuel López Obrador’ (2006).
La ruptura, corriente democrática y PRD
La falta de oportunidad y apoyo del partido a su candidatura a gobernador de Tabasco llevó a López Obrador a aliarse a la Corriente Democrática de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo. El movimiento devino en el Frente Democrático Nacional que postuló a Cárdenas a la presidencia y a López Obrador a la gobernatura de Tabasco respaldado por los extintos Partido Mexicano Socialista, Partido Popular Socialista y el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional.
Después del proceso electoral, junto al Frente Democrático Nacional, Andrés Manuel comenzó su lucha contra los delitos electorales, la adulteración de las actas, el relleno de urnas. En una frase: “contra el autoritarismo y represión del Estado”. Esa lucha continuó en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
López Obrador fue presidente del PRD en Tabasco, publicó su tercer libro ‘Tabasco, víctima de un fraude’ y emprende el ‘Éxodo por la Democracia’, una marcha a pie desde Villahermosa hasta la Ciudad de México. Andrés Manuel da su primer discurso en la Plaza de la Constitución el 11 de enero de 1992 ante 40 mil simpatizantes.
Con el Éxodo por la Democracia, López Obrador obtuvo sus primeras victorias contra el régimen: se anularon elecciones en algunos municipios de Tabasco y el gobernador renunció al cargo. Pero no obtuvo la gobernatura de su entidad en las elecciones de 1994 cuando perdió frente al priista Roberto Madrazo a quien acusó de rebasar el tope de gastos de campaña. Fue entonces que lanzó la ‘Caravana por la Democracia’ que lo llevó nuevamente a la Ciudad de México, a la visibilización de su liderazgo político nacional contra los fraudes electorales y la privatización de PEMEX.
La ‘Caravana por la Democracia’ logró la renuncia del entonces secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma (hoy propuesto como su Secretario de Educación Pública) y lo catapultó a la dirigencia nacional del PRD en donde acumuló los primeros triunfos electorales de este partido político: la jefatura de Gobierno del Distrito Federal (Cuauhtémoc Cárdenas), Tlaxcala (Sánchez Anaya), Zacatecas (Ricardo Monreal), Baja California (Cota Montaño) y la mayoría legislativa de la Asamblea del Distrito Federal.
Ese peso político, más su crítica al rescate bancario Fobaproa, lo convirtieron en el sucesor natural del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas tanto en la jefatura de Gobierno capitalina como en el liderazgo moral de las izquierdas en México.
Jefe de Gobierno
A pesar de controversias y estratagemas políticas de sus adversarios, Andrés Manuel llegó a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal el 5 de diciembre del 2000. En su gestión mantuvo ruedas de prensa todos los días a las 6 de la mañana, anunció la construcción de un viaducto elevado gratuito y sometió tanto su mandato como la construcción del ‘segundo piso del periférico’ a la consulta popular. Instauró el programa de pensiones para adultos mayores, instaló preparatorias en las delegaciones de la ciudad, erigió la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, inauguró la primera ruta sistema Metrobús y construyó un hospital de especialidades público.
En esta época, López Obrador esboza lo que usaría los próximos años como idea política: “Proyecto alternativo de nación” y enmarcaría su personalidad en la resistencia contra una serie de fuerzas económicas y políticas que impiden “el cambio verdadero”. Este protagonismo provocaría una larga confrontación con el presidente Vicente Fox quien lo llamaría “mesiánico”, “engañabobos” y “Lopitos” y el tabasqueño le espetaría el famoso “Ya cállate chachalaca”.
Ante la inevitable candidatura de López Obrador a la presidencia de la República, la Procuraduría General de la República atrajo un caso por desacato a una orden judicial del tabasqueño y solicitó a la Cámara de Diputados retirarle el fuero como jefe de gobierno del DF. PRI y PAN votaron a favor de retirar la inmunidad a López Obrador. Anticipándose a ese escenario, el político convocó a un mitin en el Zócalo capitalino para iniciar su “resistencia civil”. Se declaró listo para pisar la cárcel ante lo que llamó una estrategia del gobierno federal para bloquearlo en su candidatura en 2006.
El ríspido episodio concluyó con la renuncia del procurador de la República, Rafael Macedo de la Concha y el desestimiento del gobierno federal en acciones legales contra Andrés Manuel. La consecución natural de este escándalo nacional fue su nominación como candidato único del PRD, PT y Convergencia como su candidato a la presidencia del 2006.
Campaña del 2006
Se trató de la más cerrada contienda electoral por la Presidencia de México. López Obrador lideró las encuestas durante la campaña, pero el candidato del partido en el poder, Felipe Calderón, acercó sus números gracias a una icónica campaña en que llamó a López Obrador “un peligro para la nación” e “intolerante”; el propio presidente Fox lo criticó de manera pública y el Consejo Coordinador Empresarial lo comparó con el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
López perdió la contienda con el 35.29% de los votos frente al 35.91% de Felipe Calderón. El Instituto Federal Electoral fue puesto a prueba con la campaña “Voto por voto, casilla por casilla” que Andrés Manuel lideró al considerar que se incurrió en un fraude electoral.
El IFE hizo llamados de atención al presidente Fox y al Consejo Coordinador Empresarial, realizó un conteo extraordinario del 9% de los paquetes electorales ante las denuncias de la coalición de López Obrador. Mientras el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dirimía las denuncias para ratificar o no el triunfo a Calderón, López Obrador llamó a una Convención Nacional Democrática que devino en el bloqueo de la Avenida Paseo de la Reforma por un lapso de 47 días al final de los cuales, la convención nombró “presidente legítimo” a López Obrador. Dicho acto le haría perder varios apoyos de la izquierda mexicana, incluida la del líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
La segunda campaña y la mafia del poder
Como ‘presidente legítimo’ López Obrador desarrolló su resistencia civil en la arena política principalmente contra la reforma petrolera de PEMEX y contra el secretario de gobernación de Felipe Calderón (Juan Camilo Mouriño), a quien acusó de tráfico de influencias. Aunque paulatinamente comenzó a perder fuerza al interior de su partido, el nuevo bloque que le respaldó recibió el nombre de Frente Amplio Progresista y en 2010 anunció sus intenciones por contender nuevamente por la presidencia de México. Los debilitados apoyos del PRD, PT y MC, conformados en la coalición Movimiento Progresista lo colocaron nuevamente en el segundo lugar de la contienda con el 31.57% de los votos frente al 38.20% del candidato del PRI y Verde Ecologista, Enrique Peña Nieto.
López Obrador nuevamente impugnó la elección sin obtener resultados en el Tribunal Electoral. Publicó los libros ‘La mafia que se adueñó de México’ y ‘No decir adiós a la esperanza’ donde comienza a dibujar el soporte filosófico e ideológico que lleva a la asociación civil Morena a partido político en 2014: “El actual régimen de corrupción, injusticias y privilegios se implantó en nuestro país cuando se impuso el modelo neoliberal… ideólogos de la derecha económica inventaron una serie de recetas y recomendaciones para tratar de justificar la codicia y el pillaje”. López comenzó a usar con más asiduidad el término “mafia del poder” para señalar a aquellas personas o grupos políticos y económicos que “conforman el poder dominante del país”; y a contrastar principios bíblicos y cristianos frente a la institución de una mafia opresora del pueblo: “En los primeros libros de la Biblia -escribe en ‘No decir adiós a la esperanza’- hay muchas referencias acerca del trato especial que deben recibir los débiles y oprimidos”.
En medio de esta nueva lucha, Andrés Manuel sufre un infarto al miocardio el 3 de noviembre de 2013.
Una vez recuperado, el político tabasqueño volvió a la arena como el personaje central de su partido Morena y obteniendo logros importantes en las elecciones del 2015, y como la principal fuerza opositora al gobierno de Enrique Peña Nieto -el cual había logrado la histórica alianza política del PRI, PAN y PRD para aprobar las llamadas “Reformas Estructurales”. Los errores de Peña, el fracaso del cambio de estrategia de seguridad, los señalamientos de corrupción en su administración y la caída de su popularidad abrieron un espacio para que el tabasqueño lanzara por tercera y última vez su candidatura a la presidencia.
Andrés Manuel resumió ese largo camino de asimilación, resistencia y reinvención para presentar su Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024 con 50 puntos para cambiar al país; Morena crece en alianza al PT y al Partido Encuentro Social principalmente en los comités seccionales para la ‘defensa del voto’ y en la difusión de sus postulados a través del periódico Regeneración. Comienza a llamar a este proyecto la Cuarta Transformación de México donde mantiene que “los adversarios del pueblo se encuentran en las cúpulas del poder económico y político y en las burocracias corruptas de los partidos”.
Tras una larga campaña, nuevamente liderando todas las encuestas de preferencia electoral, finalmente el 1 de julio del 2018, López Obrador se hace de la victoria con el 53.19% del electorado, más de 30 millones de votos.
En 2012, López Obrador escribió: “La justicia sobre el poder es una noble labor en la que se pueden obtener victorias parciales al mismo tiempo que se crean las condiciones para el cambio profundo… La fórmula es sencilla: asimilar las derrotas, resistir, avanzar, caer y levantarse, reincorporarse, recomenzar y así hasta la victoria”.
ebv