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Cinco años de Peña Nieto, de logros y promesas incumplidas

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México. — En la administración del presidente Enrique Peña Nieto, a un año de que termine su gestión al frente del país, la corrupción se colocó como el segundo problema que más preocupa a los mexicanos, después de la inseguridad.

La joya de la corona de su sexenio, las reformas estructurales, promovidas por todo el aparato oficial y apoyadas por el PRI, PAN y PRD en el Pacto por México, resultaron un gran logro mediático, pero a la vez un rotundo fracaso, pues se prometió que serían el vehículo para generar en el corto plazo, bienestar para la población, crecimiento económico, que se abatiría la pobreza, que habría más y mejor educación, salud, trabajo, que bajarían los precios de la gasolina, la luz y el gas, y en los hechos están demostrando lo contrario.

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En las relaciones con Estados Unidos, el presidente Enrique Peña Nieto admitió que invitar a México al candidato republicano Donald Trump fue quizá una decisión acelerada, por lo que aparentemente asumió el costo de ello. 

Y las consecuencias están a la vista, pues Donald Trump amenazó al presidente Enrique Peña Nieto en su primera llamada por teléfono con eliminar cualquier contacto si continuaba declarando de manera pública contra su promesa de construir un muro en la frontera. Además del amago constante de retirarse del Tratado de Libre Comercio si no le conviene.

Durante los cinco años de gestión del presidente Peña Nieto, los escándalos de corrupción han afectado la vida política del país: “La casa blanca”, “La casa de Malinalco”, “El socavón”; aunado a esto, el sexenio que está por terminar, llegó a la suma de 17 ex gobernadores fugados, encarcelados o investigados.

El compromiso número uno de Peña Nieto, era crear una Comisión Nacional Anticorrupción. Hoy, ni siquiera hay Fiscal Anticorrupción.

Con el pase automático malogrado de Raúl Cervantes, de Procurador a Fiscal General de la República, Peña Nieto pretendió tener impunidad transexenal por nueve años.

La sospecha de la corrupción le hace sombra al Presidente y su Gabinete: A Peña Nieto le fue descubierta una mansión en las Lomas de Chapultepec, regalo del Grupo Higa, contratista de su Gobierno.

El ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso recibió también un crédito de Grupo Higa, el contratista del Gobierno federal para adquirir una casa en Malinalco, Estado de México.

Un acto de simulación, fue el resultado de la investigación designada al amigo de Videgaray, Virgilio Andrade, nombrado secretario de la Función Pública para esclarecer si el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, su esposa Angélica Rivera y el secretario de Hacienda, incurrieron en conflicto de interés por su relación con las empresas vinculadas al accionista Juan Armando Hinojosa.

Entre 2012 y 2016, fuentes periodísticas revelaron que la empresa Odebrecht pagó 10 millones de dólares en sobornos a Emilio Lozoya Austin, entonces director general de Pemex.

La investigación del caso derivó en la remoción de Santiago Nieto Castillo como titular de la Fepade, como una estrategia de corte político del régimen para deshacerse de un funcionario que le resultaba incómodo.

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Por el caso del socavón que se abrió en el paso exprés Cuernavaca, que cobró la vida de un padre y su hijo, se buscó desviar la atención y proteger al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, hombre cercano a Enrique Peña Nieto y encargado de manejar lo que se señala como una de las principales fuentes generadoras de riqueza de este sexenio, el sistema de asignación de obras de infraestructura.

Desde 2014, cuando 43 estudiantes normalistas rurales desaparecieron en Iguala, Guerrero, la calificación de la gestión del Presidente con la “verdad histórica de la PGR”, ha sido reprobatoria con el punto más bajo en 2016, de 12 por ciento.

La violencia se encuentra en niveles inéditos aun para México, se han acumulado ya 88 mil víctimas de homicidio en lo que va de la administración. Sin contar los muertos de 2017, que apunta a ser un año récord en la acumulación de casos de asesinato.

La ausencia de una estrategia pública e integral de combate al narcotráfico y el crimen organizado en la administración de Enrique Peña Nieto, han redundado en un incremento de asesinatos producto de la violencia y la inseguridad en el país.

El actual Gobierno mantiene la estrategia de “descabezamiento” de los grupos del crimen organizado que, se ha probado, no detiene la violencia, sino al contrario.

El discurso de estabilidad económica desde el punto de vista macroeconómico, no tiene ya sustento y se ve reflejado en la economía familiar y de las empresas, donde se ve una disminución en los recursos del país.

Las condiciones laborales en México tienen al 56.6 por ciento de los trabajadores en la informalidad, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de junio de este año; son 29 millones de mexicanos que laboran sin seguridad social, cobertura de riesgos ni pensión.

El abandono al campo mexicano ha provocado que los trabajadores agrícolas dejen sus empleos para sumarse a las filas del crimen.

No se ha cumplido el Plan Nacional de Infraestructura, en el que se proyectó la construcción de trenes de pasajeros, acceso a Internet de alta velocidad, pozos petroleros de aguas profundas, infraestructura para la extracción de gas shale, plantas hidroeléctricas que aseguraran el agua destinada a consumo humano y riego, así como protección contra inundaciones, gasoductos, infraestructura en salud, y viviendas.

Se canceló el Transpeninsular Mérida Punta Venado y del Centro de Convenciones de Córdoba, y el apoyo al Tren Rápido Querétaro-Ciudad de México, este último por denuncias por corrupción para favorecer a un consorcio vinculado con el grupo en el poder, una vez más ese mismo modus operandi se repetiría, dejando en evidencia nuevamente las formas de esta administración.

La mayoría de los compromisos en materia educativa no se cumplieron, al menos no los más importantes, como el de aumentar en 45 por ciento la cobertura en educación superior.

¿Qué opinan los legisladores?

La corrupción y los desaciertos en el sexenio de Enrique Peña Nieto, son los rasgos distintivos de su administración y su alcance es tan grave, que el Congreso podría someter al Presidente a juicio político.

El senador del PAN y primer gobernador de oposición, Ernesto Ruffo Appel, señaló que los asuntos de la transparencia desafortunadamente no acompañan a Peña Nieto y hay una nube pesada de probable corrupción sobre él.

Advirtió que a pesar de que ya están las instituciones encargadas de combatir la corrupción en el país, “es probable que pronto, quizá haya propuestas de iniciativas para el juicio político al Presidente”.

Puso como ejemplo que no permitir el mando mixto policial, va a traer más corrupción y con el impulso de la Ley de Seguridad Interior -para dar certeza jurídica al Ejército-, está reflejando la búsqueda del absolutismo y el control ahora en los asuntos de seguridad pública, por parte del Poder Ejecutivo Federal, lo que va a ser un gran desacierto del Presidente Enrique Peña Nieto.

El senador del PRD, Isidro Pedraza, recordó que el sello de corrupción con el que comenzó la administración del presidente Enrique Peña Nieto, fue con el escándalo de la Casa Blanca; luego todo el gabinete también cojeaba del mismo pie, “y entonces fue el mismo asunto que trae Osorio, que tiene Videgaray, que tienen otras gentes”, apuntó.

De Peña Nieto, dijo, han sido esos los rasgos distintivos, los errores de su administración, como el poner a su amigo Virgilio Andrade al frente de la Secretaría de la Función Pública para investigarlo y cuyo resultado fue que finalmente no había nada que perseguir. “Son las formas como se ha conducido el presidente, subrayó el legislador.

agch

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