CDMX
El Carillón de la Basílica de Guadalupe: Un monumento de historia, tecnología y cultura
El Carrillón continúa siendo una fuente de admiración para millones de peregrinos y turistas que visitan este lugar emblemático cada año.
Ciudad de México.- El Carillón de la Basílica de Guadalupe, ubicado dentro del recinto de la Basílica de Guadalupe, localizado en Ciudad de México, no solo es un símbolo de fe y devoción, sino también una joya de ingeniería y patrimonio cultural. Cuenta con 48 campanas.
Este carillón alcanza una altura de 23 metros y se ha convertido en un atractivo único para los visitantes de este importante sitio religioso.
En la parte frontal del carillón se encuentra un escenario circular o ciclorama, en el cual se presenta una representación animada de las apariciones de la Santísima Virgen de Guadalupe.
Los movimientos de las figuras robóticas, los cambios de iluminación y el control de las puertas son posibles gracias a un sofisticado sistema electrónico fabricado en Holanda, lo que refleja la armonía entre tradición y modernidad en este monumento.
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El diseño arquitectónico de la estructura es tan fascinante como su funcionalidad. En la parte frontal del carillón destaca un reloj civil con números árabes, mientras que, en el costado superior izquierdo, se encuentra otro reloj con números romanos.
Justo debajo, se puede apreciar un astrolabio, utilizado en tiempos antiguos por los marinos para navegar por el mar, lo que añade una dimensión histórica al conjunto.
También es un reloj múltiple.
En el costado derecho, se encuentra un reloj solar, que marca la hora de forma precisa utilizando la sombra proyectada por el Sol sobre su superficie.
En el costado izquierdo, se ubica un calendario azteca, que es un homenaje a la rica herencia cultural de México.
Además, en la parte posterior, se encuentra un reloj calendario azteca, diseñado para calcular los ciclos lunares y los tiempos de cosecha y siembra a lo largo de 18 meses de 20 días, una muestra del ingenio de las antiguas civilizaciones mesoamericanas.
El Carillón de la Basílica de Guadalupe, con su mezcla de tecnología avanzada y símbolos ancestrales, continúa siendo una fuente de admiración para millones de peregrinos y turistas que visitan este lugar emblemático cada año.
Es un recordatorio de la fe, la historia y la ciencia, fusionados en un solo monumento que resuena con el paso del tiempo.
ARH