Estados
Imparable, “máquina destructora de paz” en Apatzingán
Casi siete años más tarde de la primera denuncia de violencia que la Iglesia michoacana de Apatzingán hizo en 2013, el actual obispo de esta región denominada Tierra Caliente vuelve a alzar la voz ante los acontecimientos de crimen que llegan hasta el atrio de sus templos.
Cuando el hoy obispo emérito, Miguel Patiño Velázquez, denunció la violencia en su región no dudó en emparentar “el sentido de indefensión, desesperación, rabia y miedo por la impunidad” con la “debilidad y complicidad” de las autoridades estatales. La inquietud era legítima: por la violencia había cientos de familias desplazadas, los templos no pudieron estar seguros e incluso el seminario local tuvo que cerrar.
Tierra Caliente tiene nuevo pastor
Hoy, el obispo residente actual, Cristóbal Ascencio García, hace una nueva denuncia pública: “Ante la situación de violencia en nuestra tierra, me veo en la necesidad de levantar la voz para denunciar esta realidad que lacera la vida de todos los días”.
#CBNoticias #Entérate
Colocan narcomantas en varios puntos de #Apatzingán https://t.co/hSZrqE09Eq pic.twitter.com/bvmlUgHnX7— CB Televisión (@cb_television) April 13, 2019
El obispo denunció, a través de una carta abierta publicada el 9 de abril, que en San José de Chila, municipio de Apatzingán, la comunidad fue víctima de violentos enfrentamientos entre grupos del crimen organizado. Ascencio García lamentó que entre las consecuencias de la refriega del 19 de marzo quedaran las huellas de la violencia y el saqueo que ocurrió en la casa parroquial.
Y, desde entonces, el obispo testifica que la violencia no ha parado: “Siguen los enfrentamientos en diferentes comunidades, causando pánico y haciendo que muchos de los habitantes se conviertan en desplazados. Algunas de estas pequeñas comunidades se han quedado prácticamente sin familias… hay robo de vehículos con violencia, asesinatos, amenazas y hasta quema de viviendas”
“La máquina destructora de la paz sigue actuando. Son conocidos por todos nosotros los eventos de violencia que se han constatado en algunos de nuestros municipios”, afirma.
Nuevamente, el obispo señala la responsabilidad de las autoridades: “Los delitos no son escuchados por quienes deberían procurar seguridad”, acusa Ascencio: “Hago un llamado urgente, especialmente a las autoridades, a poner todo el empeño y los medios necesarios para que se vayan dando las condiciones de seguridad necesarias”.