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Poblanos en riesgo ante COVID por humo de estufas de leña
Municipios rurales poblanos en la lista de los más vulnerables
Puebla.- Los municipios rurales de la sierra poblana se encuentran ante un inminente doble riesgo por el COVID-19. Hay regiones dentro de éstos donde generalmente se cocina y se vive en torno a estufas de leña y fuegos abiertos. Esto forma parte de su día a día e incluso de su cultura. Pero hoy esto es un factor que aumenta el riesgo ante la crisis sanitaria global que se vive por la llegada del coronavirus.
Son más de 80 los municipios de las sierras Negra, Norte, Nororiental de Puebla, sin embargo, no todos son totalmente rurales ni están en condiciones de pobreza extrema. Por otra parte, hay una lista de 100 municipios de Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Guerrero, Estado de México y Chihuahua, lugares de alta marginación, donde el uso de leña en fogones abiertos es parte central de su vida diaria y de su identidad cultural. Esto los coloca en una situación de gran vulnerabilidad al COVID-19
De acuerdo con el último resumen epidemiológico en el estado de Puebla, el titular de Secretaría de Salud, José Antonio Martínez García, dio a conocer que en la entidad se han registrado 20 mil 778 casos positivos y 2 mil 560 fallecimientos, desde el inicio de la pandemia.
Dijo que se han reportado 930 pacientes hospitalizados tanto en hospitales de gobierno estatal, federal o privados, de los cuales se encuentran 203 en estado crítico ocupando camas de terapia intensiva y con apoyo ventilación mecánica asistida.
En todo México son más de 5 millones de familias, unos 28 millones de mexicanos, los que cocinan, calientan sus hogares y de algún modo desarrollan sus vidas en torno a fogones, estufas rudimentarias y fuegos abiertos que utilizan como combustible la quema de madera, estiércol animal, desechos de cultivos y carbón.
Son personas cuyos sistemas respiratorios se van deteriorando por la calidad de aire que respiran al tener al interior de sus hogares estos focos generadores de hollín y monóxido de carbono que lenta y silenciosamente van minando su sistema respiratorio e inmune.
En el marco de la pandemia por el COVID-19, este tema ha cobrado suma relevancia para los mexicanos de los estratos sociales más bajos y vulnerables, pues son millones de personas que viven en condiciones de pobreza y marginación, y que en medio de la crisis sanitaria por el coronavirus se encuentran ante un inminente riesgo.
De forma destacada las cifras oficiales arrojan que hay 6 millones de mexicanos que habitan los 100 municipios rurales con mayores condiciones de pobreza y que por lo tanto están en riesgo mayor frente a la amenaza del COVID-19.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), las altas concentraciones de contaminantes por el uso de leña en fogones abiertos ponen a estos 100 municipios, ubicados principalmente en el centro y sur del país, con un factor de riesgo potencial.
En 20% de la población mexicana que usa leña para cocinar y/o calentarse, el riesgo de padecer enfermedades respiratorias graves como cáncer pulmonar, incluyendo accidentes cerebrovasculares, cardiopatía isquémica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el cáncer de pulmón, es aún mayor.
Estos municipios cuentan con aproximadamente 1.5 millones de habitantes que usan leña y combustibles orgánicos, y 80% de su población vive en pobreza. Están en las Sierras de Puebla, la Sierra Tarahumara, los Altos de Chiapas, Veracruz, Estado de México y Michoacán, así como Oaxaca, Hidalgo y Guerrero.
La exposición a los contaminantes como partículas suspendidas y monóxido de carbono por humo de leña debilita los mecanismos de defensa del organismo y se asocia no sólo a enfermedades respiratorias agudas como infecciones, sino también a crónicas como la bronquitis crónica o el cáncer pulmonar.
Las enfermedades respiratorias son causa primordial de muerte en México, siendo las más comunes la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la neumonía, influenza, los tumores malignos del tórax, las muertes respiratorias neonatales, los trastornos de la circulación pulmonar, las enfermedades intersticiales, el asma y la tuberculosis.
En consecuencia, se debe reconocer la importancia de las enfermedades respiratorias para que tengan atención como otros grupos de enfermedades de relevancia epidemiológica.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud de Puebla, proporcionados al Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (IGAVIM) de enero a noviembre de 2019, fallecieron en el estado 740 personas por problemas respiratorios no identificados, pero relacionados con síntomas de influenza, neumonía y bronconeumonía
En este periodo del año pasado, 630 poblanos fallecieron por neumonía no identificada, 103 más por bronconeumonía no identificada y siete casos fueron de influenza no identificada. Tos, gripe y fiebre fueron las principales características de los padecimientos reportados en esos meses.
De acuerdo con el IGAVIM, en el municipio de Puebla se registraron 211 víctimas mortales por neumonía, 12 defunciones de bronconeumonía y tres por influenza, todos los casos no especificados. Entre los municipios con más casos también está Tehuacán con 53 fallecimientos por padecimientos respiratorios no identificados.
Asimismo, en el municipio de San Andrés Cholula hubo nueve muertos, ocho por neumonía y uno más por bronconeumonía no especificada. Por neumonía no identificada 16 muertes se registraron en San Martín Texmelucan, 10 en Atlixco, ocho más en San Pedro Cholula y dos defunciones en Huauchinango. En Teziutlán 23 por neumonía y siete por bronconeumonía.