Estados
Indígenas desplazados por violencia en Chiapas solicitan auxilio presidencial
Señalaron que como estrategia han implementado salidas intermitentes de sus viviendas como medida de seguridad.
Chiapas.- Más de 200 indígenas, víctimas de desplazamiento forzado por la violencia y la inseguridad provocadas por la disputa de cárteles en la frontera de México con Guatemala, demandaron ayuda al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
El propósito de esta petición es recuperar sus bienes, casas, tierras y la paz de sus comunidades que, dijeron, se perdió desde 2021.
La ayuda se solicitó por parte de los indígenas luego de acudir a las primeras consultas de salud y programas sociales que implementó el Gobierno federal en el municipio de Amatenango de la Frontera.
Localidad donde el Cártel de Sinaloa y la agrupación del maíz, brazo ejecutor del Cártel Jalisco Nueva Generación se disputan el territorio.
Omar de Lassé, titular de la Unidad de Atención a Organizaciones Sociales de la Secretaría de Gobernación, detalló que estas jornadas buscan “generar las condiciones de atención en Amatenango de la Frontera y un despliegue de funcionarios y servicios de salud para lograr el retorno de las familias que se encuentran en otros municipios”.
Pero a pesar de que el Gobierno de México ha intentado propiciar las condiciones de retorno seguro, los desplazados afirman que “no hay condiciones pues los ataques eran entre ellos (criminales) y hoy ya son contra la población civil”.
Te puede interesar: Suspenden fiestas patronales en Cuernavaca ante violencia relacionada con el Alcohol
Vivir con miedo de un ataque.
También se desplegó un cinturón de seguridad con agentes del Ejército Mexicano y la Policía Estatal, quienes se distribuyeron en cuatro puntos distintos de la carretera Sierra Fronteriza que colinda con Guatemala para intentar inhibir más ataques.
Sobre la carretera se logró observar que el transporte público poco a poco ha retomado sus actividades en esta zona, considerada como roja por los ataques a pobladores, ejecuciones y desapariciones forzadas.
Mientras que en Amatenango de la Frontera y Mazapa de Madero existe un ambiente tenso, debido a lo desolado de las comunidades.
En algunas casas, las ventanas se encontraban abiertas y los pocos habitantes que quedaron se asomaban con miedo o precaución ante la llegada de las fuerzas federales y las unidades médicas.
Un grupo reducido, en representación de más de 200 personas, remarcaron que no existen las condiciones para retornar a sus viviendas.
Tampoco trabajar sus tierras para sus cosechas. Otros prefirieron no hacer mención de lo ocurrido, pero celebraron la llegada de las autoridades federales.
Los desplazados señalaron que como estrategia han implementado salidas intermitentes de sus viviendas como medida de seguridad.
ARH