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Iglesia de México condena ataques a obispos en Nicaragua

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Ciudad de México.— La imagen del obispo de Matagalpa, Nicaragua, de rodillas en medio de elementos de la policía del presidente Daniel Ortega ha dado la vuelta al mundo.

En la fotografía, que refleja la represión del régimen sandinista hacia la Iglesia Católica en ese país, monseñor Rolando Álvarez se encuentra arrodillado en espera de que sus colaboradores le entreguen una custodia con el Santísimo Sacramento, que posteriormente llevó por las calles para bendecir a los fieles.

La Iglesia en México manifestó su solidaridad con la Conferencia Episcopal de Nicaragua por los “lamentables” sucesos que vienen padeciendo y que han provocado sufrimiento e indignación por la supresión de las garantías individuales, particularmente en los derechos fundamentales como son: La libertad de expresión y la libertad religiosa.

“Sabemos que en comunidades, familias, vida consagrada, sacerdotes, laicos, niños y jóvenes se padecen condiciones que generan miedo, quitan la tranquilidad y roban la paz. Incluso experimentan dificultad para celebrar el culto, hacer oración y anunciar el evangelio”, explicó la Conferencia del Episcopado Mexicano.

En ese sentido, la Iglesia se suma en la creación de conciencia para que, ante estas situaciones que claman a Dios por una justicia social, se sumen actitudes de diálogo y encuentro que procuren una sana convivencia.

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Además, los Obispos de México hicieron una oración de cercanía y apoyo, implorando justicia y convivencia armoniosa de su pueblo; asimismo imploraron a la Santísima Virgen María de Guadalupe su maternal intercesión por encontrar caminos de dialogo que conduzcan al respeto y la paz.

La Arquidiócesis Primada de México consideró que fue el último episodio del hostigamiento del gobierno sandinista hacia la Iglesia nicaragüense, una persecución histórica, dijo, recuerda los años ochenta del siglo pasado cuando la dictadura llegó al grado de desnudar y exponer públicamente a un sacerdote, profanar templos y expulsar del país a varios presbíteros por denunciar la injusticia social en ese país.

Desde 2018 cuando la Iglesia respaldó las protestas sociales que exigían la dimisión de Ortega, quien se encuentra en el poder desde 2007, la persecución se ha agravado: confiscación de inmuebles cedidos a la Iglesia, el cierre de varios medios de comunicación católicos (uno de ellos el propio canal de televisión de la Conferencia del Episcopado de Nicaragua), el acoso a obispos y sacerdotes críticos de la dictadura, la expulsión del nuncio papal Waldemar Sommertag y de las misioneras de la Caridad de la Madre Teresa y, por supuesto, el acoso público y sin ambages al obispo Rolando Álvarez.

ebv

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