‘Levantamos la voz contra crímenes de mujeres’: Obispos

Ciudad de México.— La brutalidad de los crímenes contra la joven Ingrid Escamilla, la pequeña Fátima, la bebé Karol y Mayté Viridiana en los últimos días consternan a la jerarquía católica en México, la cual envió un mensaje de consuelo, fortaleza, cercanía y aliento a los familiares de las víctimas de la violencia en el país.

“Los obispos de México levantamos la voz para dar palabra al dolor y a todos los afectados por él; pues el dolor que no habla gime en el corazón hasta que lo rompe, y deseamos ubicarnos desde la fe para que ofrezcamos presencia en palabras, diálogo y encuentro para abrirnos a la compasión. El grito de dolor de las víctimas de las violencias clama al cielo por justicia. Los cristianos no podemos permanecer indiferentes. Nos urge el celo profético de Jesús de Nazaret”.

El comunicado -firmado por la presidencia, vicepresidencia, secretaría general y las dimensiones de fe, compromiso social, educación y cultura de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM)- reconoce las protestas públicas de las últimas semanas por la indignación ante las miles de víctimas de feminicidio: “Nos duele profundamente la violencia contra la mujer, que se ha expresado en un nuevo y agresivo rostro visible ante nuestros ojos, en una forma tan cruel que genera desconcierto, dolor, amargura, tristeza, llanto, indignación, impotencia y muchos deseos de venganza”.

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Los obispos de México consideran que los fenómenos de criminalidad de alto impacto en el país se deben a la pérdida de “referentes básicos de la convivencia humana como la verdad, la bondad y la belleza”. Y convocan a fortalecer la dimensión educativa transversal: “Reconocemos la necesidad de una base educativa que implique la vida familiar”.

Para los líderes católicos la urgencia de justicia, paz y misericordia en la nación tiene que traducirse en estilos de vida y de desarrollo humano que posibiliten una vida digna para todos.

“Hoy, toda acción social, económica y política tienen que transformarse en un eje central del bienestar de la persona, antes que ideologías, discursos o estadísticas. Todos somos corresponsables para resolver la crisis de humanidad que enfrentamos”.

Finalmente, los obispos se comprometen que en sus diócesis impulsarán programas para la primera infancia para procurar su protección y su desarrollo humano. También se comprometen a que los Centros de Escucha y Centros de Atención para personas adictas que administra la Iglesia católica ofrezcan atención a víctimas de las violencias.

“Hacemos un llamado a todos los creyentes y personas de buena voluntad para poner lo que está en nuestras manos e impedir que crezca y se extienda más la violencia, de manera muy especial les invitamos a todos a respetar a las mujeres y reconocer el derecho que ellas tienen, de promover su dignidad, garantizando su libertad e integridad en nuestra sociedad”, concluye el comunicado.

JAHA