México
Nuevos lenguajes, la frontera para la iglesia: González Escoto
Ciudad de México.— Cuatro aspectos de la realidad que exigen una mirada nueva desde la Iglesia y la búsqueda de un nuevo lenguaje en medio de ‘la vida verdadera’ constituyen los grandes desafíos para las comunidades cristianas en un mundo secularizado que aún clama por respuestas, planteó el sacerdote Armando González Escoto, en entrevista para VCNoticias tras su colaboración en la Semana de Formación Permanente de los Obispos de México.
El presbítero licenciado González Escoto, director de Publicaciones del Sistema UNIVA, escritor, columnista y colaborador en medios de comunicación, compartió una reflexión sobre “cuatro aspectos de la realidad que influyen en la vida de la comunidad cristiana y del país” con los pastores de la Iglesia mexicana que participan en el Encuentro.COM (Con los Obispos de México), una inédita plataforma de formación y actualización a distancia.
Los cuatro aspectos abordados fueron la crisis económica global y la situación geopolítica de la nación mexicana; los nuevos lenguajes para la comunicación; los nuevos liderazgos culturales; y la necesidad de reconciliación para la paz.
En primer lugar, González Escoto desestima que la crisis económica fuera exclusivamente desatada por la pandemia de COVID-19: “Esta crisis no está relacionada necesariamente con la pandemia, aunque la pandemia la agudizó o la evidenció”.
Pero el sacerdote se enfoca en un desafío importante para la Iglesia: la comunicación. “Vivimos en una nueva civilización de un carácter secular que establece muchos retos para la comunidad cristiana. Sobre todo, porque cuando cambia la cultura cambia el lenguaje; y una vez que cambia el lenguaje, quienes no entienden esa nueva cultura, no pueden entender ni manejar este nuevo lenguaje”.
Desde el planteamiento del experto, el desafío para los católicos pasa por la comprensión de una nueva civilización “y desde luego poder entender hasta donde sea posible estos nuevos lenguajes. Pues, cualquier cosa que la Iglesia haga, si lo va a decir, no se lo van a entender porque no está hablado el lenguaje de las generaciones que comenzaron a surgir a partir de 1994 y tras 2007 cuando el mundo mediático revolucionó la realidad”.
“El tercer aspecto versa sobre cómo ubicarnos en la realidad en donde está la gente. La realidad es más que un concepto, la vida real está donde están los líderes de la sociedad de la cultura, de la civilización. Y estos líderes, estos agentes en esta nueva civilización, no suelen estar en los mismos espacios donde estamos los católicos, por lo tanto, es importante incidir, buscar la manera de incidir en estos nuevos espacios donde está la vida real”, explica González Escoto.
El sacerdote asegura que es necesario analizar la necesidad que hay en México de un urgente proceso de reconciliación entre todos los sectores y actores.
“Se trata de buscar un dominio de lenguaje y ubicarnos en la realidad donde está la vida verdadera; sin embargo, eso no se puede improvisar: Se necesita una preparación y un cambio cultural dentro de la misma Iglesia”.
El experto propone que la Iglesia contemporánea en México podría inspirarse en el ejemplo de los misioneros del siglo XVI en los territorios americanos: “Ellos tampoco hablaban los lenguajes de los indígenas; había 82 idiomas que se hablaban en este territorio. ¿Qué hicieron los misioneros? Optaron por hechos reales, acciones. Como no podían explicar el Evangelio con palabras debían demostrarlo con actitudes: con el servicio a las personas, la defensa de sus derechos, de sus tierras, de sus propiedades, de sus familias, de su racionalidad; trabar por elevar su nivel en los aspectos donde ellos aún no habían evolucionado. Todo aquello eran hechos, de manera que, aunque no pudieran comunicarse con el lenguaje, se comunicaban a nivel del servicio”.
“Pensando en las nuevas generaciones, a lo mejor todavía no podemos manejar sus lenguajes y estar en donde ellos se mueven; pero, las actitudes de cercanía solidaridad y servicio, eso sí que está al alcance de todos, aunque fuéramos mudos”.
Frente a los desafíos de bienestar y desarrollo económico social y humanitario, González Escoto hace un llamado a los católicos para buscar maneras muy concretas de logar que la gente se ayude a sí misma “y que podamos juntos afrontar estos años que vienen de situación económica adversa”.
“Se trata de la caridad, pero no sólo. Se trata, sobre todo, de fortalecer el trabajo para ayudar a las personas a que por sí mismas se abran paso, a superarse, a generar una economía que les ayude a no depender de la caridad. Que ellos generen la riqueza que necesitan para salir adelante”.
González Escoto concluye haciendo hincapié en la compleja frontera cultural de un mundo secularizado que reta a las comunidades de creyentes: “La primera frontera cultural la tenemos como católicos ante la imposición de una civilización secular, muy ajena al pensamiento cristiano; la frontera la tenemos en cuanto salimos a la calle y entramos en otros ambientes sociales que viven ya esa cultura secular”.
Sin embargo, el experto rechaza la tentación de buscar un retorno a la cultura cristiana del pasado. “Hay que pensar en una cultura cristiana para el siglo XXI… el Evangelio es eterno, no tiene caducidad. Lo que tiene caducidad son las formas de expresión y también tienen caducidad muchas estructuras que no nacen necesariamente del Evangelio y que pueden modificarse si así lo exigen los tiempos”.
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Información de VC Noticias
ebv