Pedirán más facultades al Papa para atender a víctimas de abuso

Ciudad de México.- Para la cumbre mundial de la Iglesia católica de prevención de abusos sexuales convocada por el papa Francisco a finales de febrero próximo, el arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López, presentará una iniciativa al pontífice con el fin de que una comisión a nivel nacional en México pueda coadyuvar a las diócesis y obispos que no cuenten con la suficiente capacidad para atender a las víctimas.

Ante los representantes de los medios de comunicación, Cabrera López compartió los avances del proyecto aprobado por los obispos mexicanos en noviembre pasado denominado Equipo Nacional para la Protección del Menor: “El equipo tiene objetivo de prevenir el abuso sexual en el clero diocesano y en toda la Iglesia. Y ofrecer una correcta actuación, civil y canónica, en caso de que este lamentable hecho se realice”.

El Equipo Nacional es un grupo multidisciplinar liderado por la secretaría general del Episcopado Mexicano, con apoyo legal de un despacho jurídico, un promotor de justicia, dos obispos residenciales y los titulares de la Oficina de Prensa del Episcopado y del Observatorio Nacional de la Conferencia.

Dicha colaboración tendrá como finalidad auxiliar a las diferentes instancias católicas u otras instituciones en atender a las víctimas y seguir un protocolo integral no sólo para atender los casos consumados sino para propiciar prevención de potenciales agresiones; también para sistematizar la información de los casos atendidos y los espacios que replicarán modelos de prevención.

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Los primeros pasos de este Equipo Nacional para la Protección del Menor de la Conferencia del Episcopado serán llevados a Roma para la cumbre internacional para la prevención de abusos a la que convocó el papa Francisco: “Recibimos con alegría, la invitación que el santo padre ha hecho a los presidentes de las conferencias episcopales del mundo, a un encuentro en Roma, para tratar este asunto con carácter prioritario, y al que nos estamos preparando para llevar el trabajo que ya hemos estado realizando en México. De igual forma, vamos con el corazón y los oídos abiertos, muy dispuestos a compartir y recibir aportaciones”.

Aunque reconoció que en algunas regiones del país, la Iglesia católica no tiene capacitación, pericia o incluso conciencia de la gravedad para atender el tema de abusos,  confía en que los avances en Roma y en México podrán dar herramientas para enfrentar con más eficacia esta problemática “sabiendo que un crimen de esta naturaleza nunca deja de lastimar a quien lo sufre”.

“Sólo el que sufre el abuso sabe cuál es el que tiene que ser el procedimiento adecuado para lo que en justicia se deba hacer”.

El presidente del colegio de obispos mexicanos confesó que la Comisión tiene un camino muy largo “pero mi deseo es y así lo plantearé en Roma que se nos den facultades a las conferencias episcopales para ser una segunda instancia de aquellas situaciones que no se resuelven en las diócesis, comunidades religiosas o comunidades educativas. Porque si no hay otra instancia, siempre habrá una pared, una tapia que no permita que las cosas vayan adelante. Yo lo pediré, esperamos que nos digan cuál tiene que ser la solución, creo que es factible”.

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fmg