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Pena de muerte ¿sirve para disuadir los delitos?

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Foto Cuartoscuro

Ciudad de México.— El debate sobre la pena de muerte es uno de los temas más candentes en el ámbito de los derechos humanos que involucra principios como la dignidad humana y los derechos humanos fundamentales.

Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial contra la Pena de Muerte, una jornada dedicada a reforzar el llamado global por la abolición de esta práctica. El objetivo es generar conciencia política y social en torno a la lucha contra la pena capital.

Seguridad

Expertos coinciden en que el concepto de seguridad, a menudo entendido como la ausencia de peligro, se ha utilizado históricamente como una herramienta política. La noción de seguridad varía dependiendo de las dinámicas de poder, discriminación e inequidad que moldean quiénes son vistos como amenazas y quiénes deben ser protegidos. En muchos casos, este argumento abre la puerta a abusos, especialmente cuando se aplica a delitos relacionados con la seguridad.

En contextos judiciales, el uso del “argumento de la seguridad” tiende a politizar procesos que deberían mantenerse imparciales.

Ineficacia de la Pena de Muerte

Contrario a la creencia popular, explican especialistas, la pena de muerte no ha demostrado ser una herramienta efectiva para reducir la criminalidad ni proteger a la sociedad. Insisten en que esta práctica vulnera la dignidad humana y afecta desproporcionadamente a los grupos más marginados. Para abordar la delincuencia de manera integral, explican, se debe priorizar un enfoque de seguridad humana, centrado en atacar las causas profundas de la violencia y promover soluciones sostenibles a largo plazo.

Inseguridad y Pena de Muerte en México

En México, la pena de muerte fue abolida oficialmente en 2005, eliminándose de la Constitución y del código militar. No obstante, en épocas recientes, la propuesta de reinstaurarla resurgió, impulsada por el creciente descontento social ante la violencia y la inseguridad. Un ejemplo de esto fue la iniciativa presentada en 2009 por el Partido Verde Ecologista, en respuesta a la creciente criminalidad en el país.

Derecho a la vida

Organizaciones trabajan junto a los Estados para implementar moratorias globales y promover el respeto por la vida y la dignidad humana; además sugieren que un mundo sin pena capital es posible.

Volker Türk, Jefe de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, aseguro que la pena capital difícilmente puede considerarse compatible con los derechos humanos más básicos, como el derecho a la vida y la prohibición de la tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Türk subrayó que “el uso de la pena de muerte contra cualquier ser humano es un hecho indignante”. Para el alto funcionario, este castigo pierde todo sentido cuando se aplica a personas que, en muchos casos, ni siquiera han cometido el crimen del que son acusadas.

La imperfección de las instituciones humanas genera errores trágicos, que en más de una ocasión han resultado en la ejecución de inocentes, alertó.

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Ineficacia como disuasión del crimen

A pesar de los argumentos en favor de la pena de muerte como medida disuasoria contra el crimen, no existe evidencia concluyente que apoye esta afirmación. Türk insistió en que las investigaciones realizadas por Derechos Humanos de las Naciones Unidas no han encontrado pruebas de que esta práctica sea efectiva para reducir la delincuencia.

“Las pruebas demuestran sólidamente que la pena de muerte tiene poco o ningún efecto a la hora de disuadir o reducir el índice de delitos que se cometen”, aseguró.

Diversos estudios han mostrado que las naciones que han abolido la pena de muerte no han registrado un incremento en el número de homicidios. De hecho, en algunos casos, la tasa de asesinatos ha disminuido. Estos datos refuerzan la idea de que la pena capital no solo es ineficaz, sino que también perpetúa un ciclo de violencia institucionalizada.
Pena de muerte y tortura: una conexión inquietante

La pena de muerte implica la extinción de la vida y está estrechamente vinculada al sufrimiento físico y psicológico.

Morris Tidball-Binz, Relator Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias de Naciones Unidas dijo que la pena de muerte inflige dolor severo desde la condena hasta la ejecución. Esto, indicó, es incompatible con las obligaciones internacionales de los Estados de abstenerse de cometer actos de tortura o malos tratos.

Derechos Humanos de las Naciones Unidas advirtió que esta práctica, aún no probada como eficaz, “podría constituir tortura u otro trato cruel, inhumano o degradante conforme a la normativa internacional”.

Ante este panorama, Ravina Shamdasani, portavoz de Derechos Humanos de la ONU, instó a los Estados a aplicar una moratoria sobre la pena de muerte como primer paso hacia su abolición universal.

Aumento de las ejecuciones y preocupación internacional

En su informe anual de 2024, Amnistía Internacional expuso un aumento de ejecuciones a nivel global. Según los datos recopilados, el número de personas ejecutadas en 2023 fue el más alto en casi una década, destacándose la responsabilidad de un reducido grupo de países en la mayoría de los casos. Los datos de Amnistía muestran que 1,153 ejecuciones se llevaron a cabo en 2023, un incremento del 31% respecto al año anterior.

Este aumento se debió en gran medida al incremento de ejecuciones por delitos de drogas, especialmente en Irán, que fue responsable del 74% de todas las ejecuciones registradas en la región. Aunque el derecho internacional limita la pena de muerte a los “delitos más graves” —interpretado como homicidios intencionales— cinco países, incluidos Arabia Saudí, China e Irán, continuaron aplicando la pena capital por delitos relacionados con drogas.

Abolición de la Pena de Muerte

A pesar del sombrío panorama en algunos países, los avances hacia la abolición de la pena de muerte siguen en marcha. A 31 de diciembre de 2023, cerca de tres cuartas partes de los países del mundo ya habían abolido la pena capital en su legislación o en la práctica. En 2024, varios países dieron pasos importantes en esta dirección. Entre ellos, Malasia derogó la pena de muerte preceptiva para todos los delitos, mientras que Pakistán abolió la pena de muerte para delitos relacionados con drogas. En África, el Parlamento de Ghana votó en favor de proyectos de ley que eliminan la pena de muerte de su marco legal, mientras que en Kenia y Zimbabue se presentaron propuestas similares.

A nivel global, en 2023 se concedieron al menos 1,026 conmutaciones y 83 indultos, y se registraron cinco exoneraciones.

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ebv

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