Piden proteger lengua materna y evitar la pérdida de identidad

Ciudad de México.— La Dimensión Episcopal de Pastoral de Pueblos Originarios y Afromexicanos recordó que la Lengua Materna, es el primer idioma que aprendemos y que con ella se expresan sueños, alegrías, penas y cosmovisiones del ser humano.

Asimismo, dijo se forma la manera de ver el mundo, el conocimiento y el pensamiento, y es el primer signo de identidad individual y comunitaria.

Lo anterior en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, establecido en la Conferencia General de la UNESCO de 1999.

En este contexto celebrativo, la Dimensión Episcopal de Pastoral de Pueblos Originarios y Afromexicanos, consideró que en torno a la Lengua Materna, no se puede dejar al margen el papel fundamental que tiene la madre en su transmisión, puesto que ésta, se va aprendiendo por el vinculo formado con ella.

Sin embargo, alertó sobre algunas situaciones que están generando la pérdida de las lenguas originarias:

Algunas madres ya no están transmitiendo su lengua originaria para evitar la discriminación, pero también la comunidad originaria, por el influjo de la urbanización, ha negado a sus hijos la posibilidad de aprender su lengua.

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Por su lado, las juventudes originarias, al no tener una identidad muy arraigada, fácilmente niegan su lengua para adaptarse a las lenguas y culturas predominantes.

“Dentro de la vida cómoda y fácil a la que somos invitados a vivir, se ha hecho de las lenguas originarias, lenguas prácticas, en donde el hablante introduce palabras y modismos de otros idiomas, cuyas ideas se pueden expresar perfectamente en las lenguas originarias, haciendo que éstas pierdan su originalidad”.

En ese sentido, alertó que perder el horcón de la lengua materna, pone en riesgo cada uno de los horcones que sostienen la vida comunitaria; también pone en riesgo la identidad y el derecho a su existencia como pueblos originarios.

Mientras tanto, aún con estos riesgos, observa que México cuenta con una gran diversidad lingüística, ya que viven 68 lenguas originarias de las que se desprenden más de 300 variantes de esas lenguas, que dan un rostro multicolor a esta nación.

Por ello, exhortan a las instituciones civiles y eclesiales a que, desde sus ámbitos propios, promuevan y fortalezcan la vivencia de los horcones de la vida comunitaria y de manera especial la lengua materna; así como no discriminar, sino abrazar la diversidad de lenguas y culturas presentes en México.

ebv