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Salud y educación no son privilegios en México; Retos de Sheinbaum

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Ciudad de México.— La presidenta Claudia Sheinbaum subrayó la relevancia de la salud y la educación como derechos fundamentales de la sociedad. Enfatizó que no son privilegios ni mercancías.

Como parte de un compromiso con la dignidad humana, estas áreas vitales deben ser accesibles para todos los mexicanos.

En este contexto, anunció que todos los niños que asisten a escuelas públicas de educación básica recibirán una beca, a niñez. “Los niños deben ser felices”, afirmó Sheinbaum.

Por otro lado, la presidenta mencionó que se implementará un programa de atención médica a domicilio para los adultos mayores. Para llevar a cabo este proyecto, se contratarán 20 mil médicos y enfermeras adicionales.

RETOS

SALUD PARA TODOS

El acceso a servicios de salud en las zonas rurales de México enfrenta retos que van desde la infraestructura deficiente y la escasez de personal médico, hasta problemas culturales y económicos.

El acceso a servicios de salud en las zonas rurales de México enfrenta una serie de obstáculos que perpetúan desigualdades importantes en comparación con las áreas urbanas. Estas dificultades se reflejan en la calidad, disponibilidad y cobertura de los servicios médicos, afectando a millones de personas que viven en comunidades alejadas y marginadas.

Uno de los principales problemas es la falta de infraestructura médica adecuada. En muchas localidades rurales, los centros de salud son escasos, están mal equipados o alejados de los hogares de los pacientes. Esto obliga a las personas a recorrer largas distancias, muchas veces en caminos en mal estado, para recibir atención médica básica. La ausencia de clínicas y hospitales de calidad agrava las complicaciones médicas que podrían ser tratadas fácilmente en áreas urbanas.

Además, existe una escasez de personal médico en estas regiones. Muchos profesionales de la salud prefieren trabajar en ciudades donde las condiciones laborales son más atractivas y las oportunidades de desarrollo profesional son mayores. Esta carencia de médicos, enfermeros y especialistas contribuye a la atención tardía y deficiente de enfermedades, lo que puede llevar a un aumento en la mortalidad por afecciones prevenibles.

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Otro factor que acentúa la desigualdad es el alto costo de los servicios de salud para los habitantes de zonas rurales. Aunque el sistema de salud pública en México busca ser universal, los gastos indirectos, como el transporte, los medicamentos no disponibles en centros de salud locales, y la necesidad de consultar especialistas en grandes ciudades, suponen una carga económica significativa para las familias rurales, muchas de las cuales viven en condiciones de pobreza.

La barrera cultural y lingüística también juega un papel importante. En muchas comunidades indígenas, los pacientes no hablan español como lengua principal, lo que complica la comunicación con el personal médico. A esto se suma la falta de programas de atención intercultural, lo que limita el acceso a un tratamiento adecuado y respetuoso con las tradiciones y costumbres de estos grupos.

EDUCACIÓN GRATUITA

Otro de los grandes retos del país es el acceso equitativo a la educación en México. Las desigualdades económicas, geográficas y tecnológicas limitan las oportunidades de millones de niños y jóvenes.

En México, el acceso a los servicios de educación continúa siendo un desafío significativo para amplios sectores de la población. A pesar de los avances en la cobertura educativa , persisten desigualdades que limitan la posibilidad de una educación de calidad para muchos estudiantes, especialmente en zonas rurales y comunidades indígenas.

Uno de los principales obstáculos que enfrentan las familias es el factor económico. La pobreza impide a muchos hogares cubrir los costos relacionados con la educación, como transporte, uniformes, útiles escolares y alimentación.

Aunque la educación pública es gratuita, los gastos adicionales, provocan una alta tasa de deserción escolar en los niveles medio superior y superior.

Las disparidades entre las zonas urbanas y rurales son evidentes. Mientras que las ciudades grandes cuentan con mayor infraestructura y mejores servicios educativos, las comunidades rurales enfrentan deficiencias notables. Muchas escuelas carecen de personal docente capacitado, infraestructura adecuada y acceso a tecnología, lo que resulta en una calidad educativa inferior.

Los niños y jóvenes que viven en comunidades indígenas también enfrentan barreras adicionales, como la falta de programas educativos en lenguas nativas y el escaso material pedagógico adaptado a su contexto cultural.

La pandemia de Covid-19 evidenció la desigualdad digital en México, afectando gravemente a millones de estudiantes que no contaban con acceso a internet o dispositivos tecnológicos adecuados para continuar con su educación. Esta brecha digital profundizó las desigualdades educativas entre los estudiantes de zonas urbanas y rurales, así como entre diferentes estratos socioeconómicos.

El gobierno mexicano ha lanzado diversas iniciativas para combatir estas desigualdades, como el programa “La Escuela es Nuestra”, que busca mejorar la infraestructura escolar y dotar de recursos a las escuelas más vulnerables. Sin embargo, expertos coinciden en que estas medidas no son suficientes si no van acompañadas de una estrategia integral que aborde la dignificación del docente, la expansión del acceso a tecnologías y la mejora de las condiciones económicas de las familias.

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ebv

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