México
“Sínodo del Vaticano no es para producir documentos, sino plantar sueños”: representantes de México
Ciudad de México.— Los representantes de México en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en el Vaticano recordaron que el propósito del Sínodo no es producir documentos, sino plantar sueños.
A través de redes sociales, los representantes de México que participan desde el 4 de octubre y hasta el 29 del mismo mes en el Sínodo explicaron que este encuentro no es para producir documentos, sino plantar sueños, suscitar profecías y visiones, permitir que florezca la esperanza.
La representación de México está integrada por el Arzobispo primado de México Cardenal Carlos Aguiar Retes, la religiosa María de los Dolores Palencia, de la Congregación de las Hermanas de San José de Lyon, Monseñor Gerardo Díaz Vásquez, Obispo de Tacámbaro; Monseñor Oscar Efraín Támez Villarreal, Obispo de Ciudad Victoria; Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, Arzobispo de Durango y Monseñor Adolfo Miguel Castaño Fonseca, Obispo de Azcapotzalco.
En la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en Roma participan 363 miembros con derechos a voto, de los cuales 85 son mujeres, 54 de ellas tiene derecho a emitir sufragio.
VOTO DE LA MUJER
La religiosa María de los Dolores Palencia, de la Congregación de las Hermanas de San José de Lyon, es una de las dos mujeres, junto a la japonesa Momoko Nishimura, presidenta delegada del Sínodo de la Sinodalidad, responsabilidad que comparten con otros siete varones.
Ha trabajado en comunidades eclesiales de base en zonas campesinas, con presencia de personas indígenas y refugiadas y migrantes.
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En entrevista con Vida Nueva, María de los Dolores Palencia, externó su beneplácito porque en este Sínodo se cuente por primera vez con los votos de 54 mujeres.
“En este Sínodo hay una apertura y un deseo de recibir el aporte específico de las mujeres, en la reflexión, en la teología, en las formas de participación, de animación, de celebración, en el discernimiento y, más tarde, posiblemente, en decisiones que sean para el mayor bien común”, dijo.
Asimismo, destacó la importancia de valorar el aporte específico de las mujeres como una gran mayoría del Pueblo de Dios, que a lo largo de muchos años han participado en la vida de las comunidades, en la animación de la fe, de la liturgia.
ebv