Encuentros y desencuentros de AMLO con los empresarios

Ciudad de México.— La historia de encuentros y desencuentros entre Andrés Manuel López Obrador y los representantes del sector empresarial en México no es nueva. Esta se remonta a la primera vez que fue candidato presidencial, en 2006.

Sin embargo, en 2018, en su tercera ronda por La Silla Presidencial con amplias posibilidades de llegar a la meta y con vasta experiencia en el tejido de los apoyos necesarios para cristalizar sus sueños, los cabos sueltos se están reduciendo al mínimo.

Prueba de ello es la más reciente reunión que el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia sostuvo con el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), con el claro ánimo de conciliar, luego del desencuentro que tuvo lugar semanas atrás, cuando López Obrador se refirió a los integrantes de este grupo empresarial como una minoría rapaz que tiene confiscadas las instituciones y como rehén al gobierno, porque no quieren dejar de robar y no quieren perder el privilegio de mandar.

En aquel desencuentro, López Obrador dijo que el Consejo Mexicano de Negocios presionaba al presidente Enrique Peña Nieto para que apoyara a Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, ante las pocas posibilidades del aspirante priista José Antonio Meade. A lo que los empresarios respondieron con un desplegado en medios impresos que titularon “Así no”, donde criticaban las expresiones manifestadas por Andrés Manuel hacia este sector.

Días después del episodio, algunos empresarios pidieron a sus empleados no votar por López amedrentándolos, argumentando que esta decisión podría poner en riesgo sus fuentes laborales, es el caso de Germán Larrea de Grupo México y de Alberto Bailleres de Grupo Bal, consorcio dueño de El Palacio de Hierro, entre otros.

Anterior a este contrapunto está el relacionado con las llamadas reformas estructurales impulsadas por el actual presidente saliente de México, Enrique Peña Nieto; de manera especial con la Reforma Energética. En la primera mitad del sexenio el país nuevamente se polarizó y se dividió entre quienes sí querían y quienes se oponían a la reforma constitucional que permitiría, entre otras cosas, la entrada de empresas extranjeras para la explotación y aprovechamiento de los recursos petroleros del país.

La izquierda mexicana encabezada por López Obrador, se dio a la tarea de recabar firmas para echar abajo la reforma energética, finalmente aprobada por el partido oficial, el PRI, y sus aliados en el Congreso de la Unión. El fracaso de esta lucha coincidió con el deterioro del estado de salud del tabasqueño, quien en momentos decisivos para la aprobación de esta reforma en el Congreso, sufrió un ataque cardíaco, lo que se relacionó con la pérdida de fuerza del movimiento opositor.

Posterior a esto la amenaza de AMLO fue echar abajo la Reforma Energética una vez que llegara a la Presidencia, lo que generó incertidumbre en las empresas del sector energético por las importantes inversiones que comenzaron a traer a México. Luego vino un matiz y desde Morena, se dijo que no se echaría abajo esta reforma, sino que se revisarían todos los contratos realizados en su seno, y en los que se detectara que hubo corrupción, se echarían abajo.

En 2006, año en que por primera vez Andrés Manuel buscó la Presidencia bajo las siglas del PRD, se registró el primer desencuentro con el sector empresarial, de forma específica con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

En aquel entonces este organismo financió spots audiovisuales donde señalaba que votar por una opción distinta, haciendo clara alusión al proyecto del tabasqueño, significaba retroceder, lo cual se enmarcaba en la campaña del publicista Antonio Sola, que ponía a AMLO como un peligro para México y que logró su cometido que era favorecer al panista Felipe Calderón.

En fechas recientes se han visto varios videos en contra del candidato de la coalición Morena-PT-PES, que forman parte de lo que él mismo ha llamado la guerra sucia en su contra. Es el caso, entre otros, de la serie audiovisual El populismo en América Latina, que en su momento López pidió a sus productores que se diera a conocer quién o quiénes habían financiado este documental.

ebv