Santa Sede y Myanmar sellan relaciones diplomáticas

Ciudad del Vaticano.—  El Papa Francisco recibió a la mujer emblema de la lucha por la democracia en Myanmar (antes Birmania) y premio Nobel de la Paz en 1991, Aung San Suu Kyi, con quien selló el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ese país y la Santa Sede.

El encuentro privado, que tuvo lugar en la biblioteca personal del pontífice en el Palacio Apostólico del Vaticano, duró unos 23 minutos y, al final, el Papa regaló a su huésped una medalla de bronce con la imagen de un ramo seco que vuelve a florecer.

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Además le obsequió sus tres documentos pontificios: las exhortaciones “Amoris laetitia” (La alegría del amor), “Evangelii gaudium” (La alegría del evangelio) y la encíclica “Laudato sii” (Alabado seas). En cambio, recibió de regalo un objeto de alabastro de la tradición birmana.

Otras cuatro personas formaron parte de la delegación birmana que saludó a Jorge Mario Bergoglio, tras su “cara a cara” con la consejera de Estado de Myanmar, una reunión “simple y alegre”, según quienes la presenciaron.

“La Santa Sede y la República de la Unión de Birmania, deseosas de promover vínculos de mutua amistad, decidieron de común acuerdo establecer relaciones diplomáticas”, indicó un comunicado posterior de la sala de prensa vaticana.

Myanmar es uno de los pocos países del mundo que carecía de relaciones diplomáticas plenas con el Vaticano, aunque sí mantenían un vínculo institucional a nivel de delegado apostólico.

Ahora, con el nuevo acuerdo, la Santa Sede establecerá una nunciatura en el país asiático y acogerá una embajada de esa nación. Así se sumará a los 180 Estados del mundo que mantienen relaciones con el Vaticano, además de organizaciones multilaterales como las Naciones Unidas y la Unión Europea.

La visita de San Suu Kyi al Papa tiene como telón de fondo las denuncias contra el gobierno birmano por el maltrato contra los miembros de la minoría étnica rohinya, de religión musulmana.

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El mismo Francisco se refirió a este tema, durante su audiencia pública semanal del 8 de febrero pasado en el Aula Pablo VI del Vaticano.

“Hablando de migrantes expulsados, explotados quisiera rezar hoy con ustedes, de forma especial, por nuestros hermanos y hermanas rohinya: expulsados de Birmania, vagan de un sitio a otro porque nos les quieren (…) Son gente buena, gente pacífica”, indicó.

“No son cristianos, son buenos, ¡son nuestros hermanos y hermanas!  Hace tantos años que sufren. Han sido torturados, asesinados, sencillamente porque siguen sus tradiciones, su fe musulmana. Los invito a rezar por ellos a nuestro Padre que está en los cielos”, añadió, antes de entonar un Padrenuestro en voz alta. (Notimex)

AGP