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Tec sigue cobrando colegiaturas

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Ciudad de México.—  A pesar del cierre temporal del Tecnológico de Monterrey, campus ciudad de México, luego del sismo que azotó a la capital del país, los padres de familia continúan pagando las colegiaturas de casi 20 mil pesos.

Aún no se sabe cuándo podrán volver al plantel, pero la escuela ha ofrecido cursos en línea y presentaciones en PowerPoint para que los alumnos sigan tomando clases.

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La escuela está cerrado desde el 19 de septiembre, cuando por el sismo, colapsaron 8 puentes y la inhabilitación de más de la mitad del campus.

De los 14 edificios, dos tienen daños estructurales y seguramente serán demolidos, mientras que otros 10 tienen vidrios rotos, cuarteaduras, plafones fuera de su lugar.

Eduardo Ángulo, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, aseguró que el diseño de la construcción falló.

“Un diseño adecuado de los puentes hubiera evitado el derrumbe o en todo caso sólo habría dejado daños menores”.

La zona en la que se ubica la escuela fue uno de los principales factores para que el sismo se sintiera con mayor intensidad que en otras áreas de la capital.

El Tec de Monterrey ofreció un descuento del 10 hasta el 30 por ciento, el cual es opcional, pero para algunos miembros de la comunidad no es suficiente.

“Lo del reembolso es una payasada. Lo ofrecieron como un apoyo cuando en realidad es su obligación porque ya no cuentan con las condiciones que deberían”, señaló una alumna.

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Cuando se acepta el descuento, a las cuentas de los estudiantes llega un mensaje donde dice que sus cuotas “serán invertidas en la reconstrucción de los espacios”, el cual pone en duda sobre si el Tec estaba o no asegurado ante una situación de desastre.

Hay alumnos que están por terminar la carrera y no ven otra opción para seguir sus estudios.

Por ejemplo, Luis dijo que cambiarse no está en sus planes. “No sé quién me va a revalidar todo lo que ya cursé, pero sí me da miedo regresar a un lugar que ya se cayó y que ha respondido muy mal ante la crisis”.

Carlos, estudiante del último semestre de Periodismo tampoco se pudo cambiar de escuela o sede y se quedó bajo el modelo “híbrido flexible”, es decir, clases en línea y presenciales.

“El comunicado en donde nos decían que en tres semanas estarían las aulas prefabricadas nos dio tranquilidad, pero jamás sospechamos que tardarían más. Hasta el momento todas mis clases han sido por computadora”, dijo Carlos.

Otra alumna comentó: “Mis papás siguen preguntándose cómo pasó esto si se suponía deberían estar preparados para algo así y más”.

Para muchas familias, hasta 2018 seguirán pagando cuotas por un espacio que estaba construido conforme a las máximas condiciones de seguridad.

AGP

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