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Conmociona a Brasil asesinato de Marielle Franco
Río de Janeiro.— El asesinato de Marielle Franco, concejala de Río de Janeiro, defensora de los derechos humanos y crítica con la actuación de la policía en favelas, provocó hoy indignación en Brasil, donde los excesos de las fuerzas del orden en zonas pobres son frecuentemente denunciados.
Franco, concejala del partido de izquierda PSOL, fue asesinada a balazos la noche del miércoles junto a su chofer en el barrio de Estacio, en el norte de la ciudad de Río de Janeiro. Una tercera persona que iba en el auto fue alcanzada por los disparos, pero logró sobrevivir, según las autoridades.
Quinta concejala más votada en las elecciones municipales de 2016, Franco, de 38 años y originaria del complejo de favelas Maré, se destacó por su activismo a favor de las zonas pobres y era una crítica de los excesos de la policía militar en las favelas, como las ejecuciones de personas por parte de las fuerzas del orden.
La activista y política también había criticado la decisión del presidente Michel Temer de ordenar la intervención militar para restablecer el orden en el estado de Río de Janeiro, azotado por la criminalidad, la lucha entre facciones de narcotraficantes y la corrupción.
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“Esta semana dos jóvenes fueron asesinados y lanzados a una cloaca. Hoy la policía iba por la calle amenazando a los vecinos. Sucede desde siempre y con la intervención (militar) está peor”, dijo Franco en un mensaje en una red social el pasado día 10, en referencia a la favela de Acarí, en Río.
Su muerte, considerada como un asesinato destinado a silenciar su activismo, fue condenada por Amnistía Internacional (AI) y decenas de personalidades de Brasil, mientras Temer prometió que llevará a cabo una investigación para esclarecer lo ocurrido.
“El estado debe garantizar una investigación inmediata y rigurosa del asesinato de la concejala”, exigió AI en una nota urgente y añadió que “no pueden quedar dudas sobre el contexto, motivación y autoría del asesinato”.
“El gobierno federal seguirá toda la averiguación del asesinato”, dijo a su vez el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia, mientras Temer aseguró en una red social que “el crimen no quedará impune”.
AI y Human Rights Watch (HRW) llevan años denunciando los excesos de las fuerzas del orden en Brasil, mientras son decenas los casos en que se reveló una corrupción sistémica en la policía de Río y participación de policías en milicias, incluso narcotráfico.
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Cada años cientos de personas mueren a manos de la policía en el marco de lo que se conoce en el país como un “acto de resistencia”, es decir, una reacción policial a una supuesta reacción del sospechoso que amenaza a los policías.
Sin embargo, de forma frecuente la policía militar brasileña viola los derechos de los ciudadanos que viven en las áreas más pobres de las ciudades, y en ocasiones protagoniza asesinatos de civiles por un uso excesivo de la fuerza o incluso por venganza o corrupción.
Esos asesinatos, que entran en las estadísticas como muertes por resistencia a la autoridad, son posteriormente encubiertos por los propios policías, que amenazan a testigos, incluso alteran la escena del crimen para desfigurar el perfil social del asesinado, según HRW y otras organizaciones no gubernamentales. (Notimex)
emc