¿Durmió bien? ¡Qué bueno! A partir de hoy, que se preocupen ellos  

¿Cómo durmió anoche? ¿Cómo si tuviere dinero en el banco? Bien hecho; a partir de hoy, los que se van a preocupar por los resultados de la elección, serán quienes viven en Estados Unidos, al margen del candidato que haya recibido su voto -si es que hubiesen votado-.

Hoy, con seguridad ya desde anoche, nuestros expertos estiraron la liga para seguir confundiendo a no pocos incautos que piensan, ingenuos que son, que en verdad aquéllos saben de lo que hablan.

Hoy, ya más calmados y con los resultados de la elección presidencial en mano, buscarán cómo eludir sus apocalípticas predicciones pues como sabemos, ellos acertaron, fue la realidad la que se equivocó.

En dos o tres días más, el tema habrá sido olvidado y la vida seguirá su curso. Los especialistas de Estados Unidos, eso sí de a de veras, desmenuzarán los datos que las encuestas de salida arrojaron y nos dirán, en no muchos días, quién votó por cada cual, y cuáles son sus características socioeconómicas y educativas.

En unas cuentas semanas, la normalidad regresará y los problemas que dejó ver el proceso tendrán que enfrentarlos los ganadores, tanto el de la elección presidencial como los de las gubernaturas y los que compitieron por buscar una posición o repetir en ella, tanto en el Senado como en la Casa de los Representantes.

En México, ya sin el ruido mediático debido a tanta ocurrencia expresada durante semanas y a las ocurrencias mil, deberemos regresar a lo nuestro, a eludir nuestra responsabilidad en el desastre que hemos construido. También, por supuesto, a dejar intactos nuestros problemas estructurales y a tratar de encubrir a no pocos que, desde posiciones de poder en las estructuras de los tres órdenes de gobierno y en las de los otros dos poderes, se han enriquecido de manera ofensiva y en la total impunidad.

En pocas palabras, ya en calma y sin la euforia y la histeria de una elección en la cual nosotros parecíamos ser los que la decidiríamos, deberemos regresar a la pesadilla diaria y por supuesto, a la búsqueda apurada de la diaria chuleta que hoy, más parece un pescado enjabonado que un pedazo de magra carne de bovino.

A querer y no, la fiesta habrá terminado en unos cuantos días; los programas de dizque análisis del proceso electoral recién terminado, posiblemente mantengan la atención unos días más; sin embargo, la realidad terminará por imponerse, y deberemos reincorporarnos a la pesadilla cotidiana.

¿Qué haremos para entretenernos? ¿Qué temas buscarán los sedicentes expertos y las hordas de analistas chafas que pululan en México? No se preocupe, ya encontrarán alguno.

Por lo pronto, ¿qué le parece la elección presidencial en Francia? ¿Le llena le ojo? Pues estudiar francés. Lo demás, déjelo por cuenta de nuestros expertos en el sistema electoral francés.

A reemplazar las bebidas de cola por el cognac, el champaña y los vinos de las principales regiones vinícolas francesas sin olvidar, por supuesto, una buena dotación -bien representativa-, de quesos apestosos.

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