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El origen del conflicto que desataría ¿la Tercera Guerra Mundial?
Ciudad de México.— Sobre advertencia no hay engaño. En Rusia, bajo el mando del presidente Vladimir Putin, no escatimarían en desatar una Tercera Guerra Mundial o al menos así lo han manifestado altos funcionarios del gobierno ruso, entre ellos, Vladimir Dzhabarov, vicepresidente primero de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara Alta rusa.
¿La razón?
El gobierno de Estados Unidos habría autorizado a Ucrania el uso de misiles de largo alcance contra Rusia, de acuerdo con información revelada a través de varios medios, entre ellos The New York Times y The Washington Post, aunque hasta ahora no se ha manifestado al respecto el presidente Joe Biden, quien se encuentra en Río de Janeiro, Brasil, para participar en la Cumbre del G20.
La autorización de la Unión Americana le daría luz verde a Kiev para utilizar el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército en territorio ruso, luego de que el presidente Putin recurriera al apoyo de Norcorea, para el envío de miles de soldados y así recuperar cientos de kilómetros tomados por las fuerzas ucranianas en la frontera con Rusia.
El origen del conflicto
La tensión entre Rusia y Ucrania y una posible intervención de Estados Unidos que pondrían en jaque al planeta entero con una Tercera Guerra Mundial con tintes nucleares no es obra de la casualidad y habría que retroceder más de tres décadas para entender el origen del conflicto.
En 1991 se disolvió la Unión Soviética y sus territorios se convirtieron en repúblicas independientes y una posición reforzada de Ucrania con la OTAN implicó la pérdida directa de la influencia de Rusia sobre este país.
2013, el gobierno de Ucrania suspendió su acuerdo de asociación con la Unión Europea, lo que provocó una serie de protestas en el país.
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En 2014. Miles de ucranianos proeuropeos protestaron en las calles de Kiev en contra del presidente Víctor Yanukóvich, que comulgaba con las ideas del Kremlin y este conflicto interno que terminó con la huida del presidente ucraniano, lo aprovechó Vladimir Putin para invadir Crimea, una zona estratégica pues es la salida de Rusia al Mar Negro y que había perdido durante la Segunda Guerra Mundial y desde entonces su objetivo siempre fue recuperarlo.
La invasión a Crimea le ha costado a Rusia protestas y sanciones económicas, sin embargo, Putin siempre advirtió que nunca devolvería este territorio y pese a que llevó a cabo un referéndum en el que la mayoría de los habitantes votó por la unión, Ucrania lo desconoció y lo consideró ilegal.
Ese mismo año, en 2014, las regiones de Donetsk y Lugansk, en el Donbás, se autoproclamaron repúblicas populares y reclamaron su integración a Rusia.
A mediados de 2021 , Rusia comenzó una concentración militar a lo largo y ancho de la frontera con Ucrania.
El 21 de febrero de 2022 , Rusia reconoció a la República Popular de Donetsk y a la República Popular de Lugansk, dos estados autoproclamados en la región de Dombás, al este de Ucrania, y envió tropas a esos territorios. Al día siguiente, el Consejo de la Federación de Rusia autorizó por unanimidad a Putin a utilizar la fuerza militar fuera de las fronteras de Rusia.
El 24 de febrero de 2022 , Rusia inició la invasión Ucrania, convirtiéndose en el mayor ataque militar convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, dejando un número de víctimas sin precendentes.
Consecuencias y sanciones
Hasta mediados de 2023, tiempo en el que no habían cesado los constantes bombardeos y enfrentamientos en territorio ucraniano, la guerra había causado la muerte de 9 mil civiles y decenas de miles de soldados, además de la mayor crisis de refugiados en el continente desde la Segunda Guerra Mundial, pues más de 7.2 millones de ucranianos abandonaron el país y más de 7.1 millones se desplazaron dentro de territorio ucraniano.
La Corte Internacional de Justicia ordenó a Rusia suspender las operaciones militares y el Consejo de Europa expulsó al país. Numerosos gobiernos, principalmente europeos, además de Estados Unidos, impusieron sanciones a Rusia y proporcionaron ayuda humanitaria, económica y militar a Ucrania.
Más de mil empresas abandonaron Rusia y Bielorrusia en respuesta a la invasión. La Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación sobre posibles crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, secuestro de niños y genocidio, emitiendo una orden de arresto contra Putin en marzo de 2023.