El otro matrimonio de Peña Nieto

Ciudad de México.- En plena picada de su gestión como Presidente de la República por el índice de corrupción e inseguridad, en un hecho que sorprendió a propios y extraños, Enrique Peña Nieto propuso, fuera de sus promesas de campaña, dar certeza jurídica a los matrimonios del mismo sexo y su derecho a la adopción.

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Reiteré el compromiso del @gobmx de combatir todo tipo de discriminación, incluyendo la motivada por preferencias sexuales #SinHomofobia

— Enrique Peña Nieto (@EPN) 17 de mayo de 2016

Ante la comunidad lésbico-gay reunida en la residencia oficial de Los Pinos, en ocasión del Día de la Lucha contra la Discriminación, el primer mandatario planteó reformas al Código Civil para reconocer el matrimonio homosexual en México, sin imaginar el revuelo que esta iniciativas tendría en los ámbitos social y político en víspera de elecciones para gobernador en varios estados.

De entrada, las intenciones del presidente no tuvieron eco en las filas de su propio partido, el PRI, como tampoco se reflejó en un magno festejo de la comunidad LGTTTI por las calles ni en el Ángel de la Independencia y menos fue bien vista por la Iglesia Católica;  sólo causó división en la sociedad al estar algunos a favor y otros en contra de los matrimonios del mismo sexo y su derecho a la adopción.

Primero fueron legisladores del PRI quienes se desmarcaron de la propuesta presidencial y después algunos candidatos a gobernador, pero en su afán de sacar adelante la iniciativa fue la titular de Sedatu, Rosario Robles quien salió al quite para sumar apoyos a la reforma, pero no tuvo éxito.

Semanas después, resultado de la movilización de unas 400 mil personas en dos marchas convocadas por organizaciones de la sociedad civil agrupadas en el Frente Nacional por la Familia, la iniciativa de los matrimonios del mismo sexo fue rechazada en comisiones por no considerarse prioritaria ni oportuna en la agenda legislativa.

malco