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¿Escuchó el discurso de Trump? ¿Nada? ¿Ni unos fragmentos?

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¿Acaso no pertenecía usted a ese numerosísimo ejército, el de los que temblaban con sólo oír Donald Trump?

El no haberse interesado por el discurso, ¿qué quiere decir? ¿Que sus preocupaciones son otras? Por ejemplo, ¿los problemas estructurales de nuestra economía? ¿O es de los que piensan que nuestros enemigos reales y muy efectivos en ese proceso de destruir a México, son la corrupción y el dispendio de los recursos públicos, así como la irresponsabilidad de los funcionarios que elevaron la deuda del Sector Público Federal, casi el 80% en cuatro años, sin ver fruto alguno?

¿Es también parte de esos pocos mexicanos, que piensan que es la incapacidad de no pocos funcionarios y muchos gobernantes que han puesto en práctica una gobernación irresponsable, por decir lo menos y llamarla de alguna manera? ¿Es de los que están convencidos de que las causas que explican el desastre o tragedia que hoy somos como país, las podemos encontrar en la mezquindad y pequeñez de buena parte de nuestra clase política?

¿Es también de los mexicanos que están profundamente convencidos, que lo que nos puede llevar a una situación aún más grave que la presente, es la voracidad de quienes llegan a una posición en el sector público en los tres órdenes de gobierno, para enriquecerse en el tiempo más corto posible, y gozar de impunidad total?

Dicho lo anterior, ¿es de aquéllos que piensa que lo que nos puede dañar en serio, no es tanto el populismo del Presidente Trump y su visión proteccionista sino nuestra corrupción, y ver la política como el mejor de los instrumentos para amasar una fortuna de dimensiones impensables en el menor tiempo posible, e impunemente?

Por otra parte, ¿si no es aquéllos, forma parte entonces de los que escucharon con cuidado lo dicho por el Presidente Trump?

Si escuchó con interés el discurso pronunciado por Donald Trump -16 minutos, 19 segundos-, ¿qué opinión tiene respecto de su contenido? ¿Fue lo que esperaba, o se sintió decepcionado ante lo que escuchó?

Al margen de si usted es de los que piensa que lo fundamental en los tiempos que corren son nuestros problemas estructurales -sin que esto signifique desentenderse de lo que fuere a pensar, decir y hacer Donald Trump-, o de los que vivió estos últimos meses temblando ante la eventualidad, primero, de que aquél fuera el candidato republicano y después, si ganara la elección del 8 de noviembre -del año 2016-, hay algo que no debemos dejar de lado y seguirlo eludiendo: los problemas estructurales del país son, guste o no, lo que debería ocupar, prioritariamente, nuestra atención.

Hacer esto último, en modo alguno debería ser calificado de estupidez como algunos dicen ya; por el contrario, dejar de lado dichos problemas para estar al pendiente de lo que pensare, dijere e hiciere Trump, sí lo sería.

Dice un reconocido especialista en política exterior que, esto último es lo que debemos hacer porque, los problemas estructurales internos han estado ahí siempre; señala, que ante lo conocido y viejo -en este caso, los problemas estructurales siempre eludidos, jamás enfrentados y resueltos-, lo único que queda es voltear a lo nuevo que seria, la gobernación Trump.

Lo que deja de lado el afamado analista, es algo que va más allá de Trump o cualquier otra fuerza externa; es el hecho de que la fortaleza de un país reside, simple y sencillamente, en enfrentar y resolver sus problemas estructurales, tanto en el ámbito económico como en el político.

De ahí que afirmar -como él lo hace-, que plantear la necesidad de concentrase en lo interno es una estupidez, no lo considero correcto y menos que convenga a México dada la situación actual.

Y a todo esto, ¿qué piensa usted? ¿Debemos estar al pendiente de lo que piense, diga y haga Trump? ¿O -sin dejar de darle seguimiento a esas tres cosas por supuesto-, entender y aceptar que lo prioritario sería, no otra cosa que enfrentar y sentar las bases de las soluciones, de lo que desde hace decenios hemos pospuesto: nuestros graves problemas estructurales?

Por último, ¿coincide conmigo en que el discurso fue, por decir lo menos, lamentable?

 

 

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