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Objeción de conciencia no es deslealtad, es fidelidad a la profesión: Papa Francisco
Ciudad del Vaticano.— Frente a miembros de una asociación italiana de farmacéuticos, el Papa Francisco defendió el derecho humano a la objeción de conciencia y su verdadera finalidad que es la motivación al bien y la dignidad humana.
En el palacio apostólico, el pontífice recibió a la Sociedad Italiana de Farmacia Hospitalaria y de los Servicios Farmacéuticos de las Autoridades Sanitarias.
Francisco compartió sus preocupaciones sobre cómo la pandemia ha cambiado y cambiará la forma de planificar, organizar y gestionar la salud y la asistencia sanitaria.
El Papa distinguió que el personal sanitario realiza el trabajo de rutina como un ‘servicio oculto’ que “si van acompañadas de la oración y el amor, generan la santidad de la vida cotidiana. Porque sin la oración y el amor -como bien saben- esta rutina se vuelve árida. Pero con amor, hecho con amor y con oración te lleva a la santidad de al lado: santos anónimos que están en todas partes porque hacen lo que tienen que hacer bien”.
Del mismo modo, el Papa habló sobre cómo la especialización en materia de salud no se limita a la comprensión de la enfermedad y del paciente, o personalizar los medicamentos y las dosis; sino al enfrentarse a situaciones clínicas complejas.
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“Es más que la suma de los medicamentos individuales para las diferentes enfermedades. A veces hay un encuentro con el enfermo, otras veces la farmacia del hospital es uno de los departamentos invisibles que hace que todo funcione, pero la persona siempre es la destinataria de sus cuidados”, señaló el pontífice.
Sobre este tema, reflexionó sobre el derecho humano a la objeción de conciencia: “En algunos casos la objeción de conciencia, que no es deslealtad, sino por el contrario fidelidad a su profesión, si está válidamente motivada. Hoy está de moda pensar que tal vez sería una buena idea abolir la objeción de conciencia. Pero esta es la intimidad ética de todo profesional de la salud, y esto nunca debe negociarse; es la responsabilidad última de los profesionales de la salud. También significa denunciar las injusticias cometidas contra la vida inocente e indefensa. Es un tema muy delicado, que requiere tanto una gran competencia como una gran rectitud”.
Al respecto Francisco se refirió al tema del aborto en particular: “es un asesinato y no es lícito hacerse cómplice, les aseveró, y es deber de cada uno estar “cerca de las situaciones, especialmente de las mujeres, para no llegar a pensar en la solución del aborto, porque en realidad no es la solución”.
A nivel de justicia social: “Las estrategias sanitarias, orientadas a la búsqueda de la justicia y el bien común, deben ser económica y éticamente sostenibles”.
Al respecto, el Papa les confirmó que el país, en el Servicio Nacional de Salud italiano se concede gran importancia al acceso universal a la asistencia, pero el farmacéutico -incluso en las jerarquías de gestión y administración- no es un mero ejecutor.
“Por lo tanto, los criterios de gestión y financieros no son el único elemento a tener en cuenta. La cultura del rechazo no debe afectar a su profesión. Y este es otro ámbito en el que debemos estar siempre atentos. Dios, nuestro Padre, ha dado la tarea de cuidar la tierra no al dinero, sino a nosotros: a los hombres y a las mujeres. ¡Tenemos esta tarea!”, agregó.
Información VCNoticias
ebv