¿Por qué es tan difícil unirnos a los mexicanos?

¿Por qué nos es tan difícil unirnos en torno a causas específicas?

Hace dos días, una vez conocidos los cambios en la política de México frente a los acontecimientos en Venezuela, propuse que el Presidente Peña Nieto nos convocara a salir a marchar en apoyo del pueblo venezolano.

Hasta ahí, nada nuevo; sin embargo, añadí que invitara a los expresidentes Salinas y Zedillo, y Fox y Calderón para que encabezaran, junto con él, la marcha.

Nadie secundó la idea; no faltaron los que plantearon que la marcha se celebrara, pero para exigir la renuncia del Presidente y cuestiones por el estilo.

Al margen de lo imposible de concretar de la propuesta, aspecto que a nadie pareció preocupar, salvo a un tuitero que planteó que era iposible la presencia de Salinas y Zedillo porque éste, hace más 20 años, habpia metido a la cárcel al hermano de aquel.

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¿Qué enseñanzas, si las hubiera, saqué del tweet provocador? Varias, las cuales comento con usted.

La primera: No hubo argumento alguno que tuviera que ver con el futuro de las relaciones entre México y Venezuela, o la situación actual, tan grave y compleja de Venezuela y, menos aún, de la obligada solidaridad con ese pueblo hoy heroico, que a duras penas resiste las embestidas de un individuo fuera de sí, en el colmo de la pérdida total de la razón: Nicolás Maduro.

La segunda: Las dificultades o la imposibilidad diría, que se puede detectar en la sociedad mexicana en los tiempos que corren, para unirnos -al margen de las posiciones políticas e ideológicas de cada uno-, en apoyo de una causa justa, específica.

La tercera: El grado de encono y división -que para cualquier observador es más que evidente hoy-, en el seno de la sociedad mexicana. Los años de violación sistemática de la ley -en la total y ofensiva impunidad-, por parte de grupos diversos cuyas justificaciones que no causas, van de lo ridículo a lo grotesco y, sólo en rarísimas ocasiones, rozan lo justo.

¿Qué esperar de una sociedad así, que se debate permanentemente en el encono y la división profunda? ¿Acaso esa unidad casi idílica que pregonan los políticos?

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Es tan profunda la división actual que, si alguien nos convocare para protestar en contra de un juicio como el que se llevó a cabo en contra de Jesús, daríamos miles de razones, no únicamente para no asistir sino que, en aras de mantener las diferencias, no pocos aplaudirían que se juzgare así a un inocente.

De esa magnitud es la división que hoy se advierte en la sociedad mexicana.

¿Somos conscientes de ello? Y de serlo, ¿estaríamos dispuestos a marchar en pos de una causa que fuere común a todos los mexicanos? ¿Piensa usted que eso sería posible?

El daño hecho a la cultura democrática, parece ser -en los tiempos que corren-, irreversible. Las muestras de canibalismo político y de formas casi cavernarias de hacer política de prácticamente todos los integrantes de la clase política deberían, más que risa, dar miedo, por las implicaciones que tienen para el futuro de México.

Ángel Verdugo
@AngelVerdugoB

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