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Principal tarea del Sínodo es volver a poner a Dios en el centro: Papa Francisco
El Santo Padre dijo que el pueblo santo de Dios con sus pastores provenientes de todo el mundo alimenta expectativas y esperanzas.
Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco ha pedido este miércoles, durante la misa de apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, tomar ejemplo de la mirada de Jesús.
“Que bendice y acoge” y que invita a ser una Iglesia que “no crea divisiones internas”.
Esta es la principal tarea del Sínodo, volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia, una Iglesia unida y fraterna o al menos que trata de ser unida y fraterna, que escucha y dialoga.
Una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe, una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea divisiones internas ni es áspera externamente. Es así una Iglesia que arriesga con Jesús, es así como Jesús quiere a su Iglesia”, ha explicado el Pontífice.
Así se pronunció Francisco este miércoles en la apertura de la primera fase del Sínodo, una consulta mundial sobre el futuro de la Iglesia Católica que se ha topado en vísperas de su inicio con el desencuentro de cinco cardenales.
Que han mostrado sus desavenencias con el Pontífice en torno a diferentes cuestiones, entre ellas la bendición de parejas homosexuales y el sacerdocio femenino. En su respuesta a las inquietudes de los purpurados el Pontífice ha instado a discernir si existen formas de bendecir parejas gays sin que se confundan con el matrimonio.
Durante la misa de apertura, el Papa ha precisado que no sirve una mirada “inmanente, hecha de cálculos políticos o batallas ideológicas” y ha puntualizado que la asamblea del Sínodo no es un “parlamento polarizado” ni una reunión donde llevar a cabo “un plan de reformas” sino que “el protagonista es el Espíritu Santo”.
Si el pueblo santo de Dios con sus pastores provenientes de todo el mundo alimenta expectativas y esperanzas.
E incluso algunos temores sobre el Sínodo que comenzamos, recordemos una vez más que no es reunión política, no es un parlamento polarizado sino un lugar de gracia y comunión.
El Espíritu Santo muchas veces deshace nuestras expectativas para crear algo nuevo que supera nuestras previsiones y negatividades”, ha subrayado Francisco.
El Papa ha invitado a ser una “Iglesia que contempla la acción de Dios y discierne el presente” y que, “en medio de las olas, a veces agitadas de este tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas.
No cede a convicciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda”, así como una Iglesia que afronta los desafíos pero “no con división ni conflicto”.
Recordando unas palabras de Juan XXIII, el Pontífice ha señalado que la Iglesia no debe apartarse del “sacro patrimonio de la verdad recibido de los padres” pero, al mismo tiempo, “debe mirar al presente, a las nuevas condiciones y formas de vida introducidas en el mundo actual y que han abierto nuevos caminos para el apostolado católico”.
Francisco ha apuntado que Jesús les invita a ser una Iglesia “que acoge, una Iglesia abierta, no con las puertas cerradas”, que recibe con actitud “cordial y amable” los nuevos desafíos culturales y pastorales que surgen en la actual “época compleja”; una Iglesia, como diría Pablo VI “que se hace coloquio”.
Una iglesia del yugo suave, abierta a todos.
“Una Iglesia del yugo suave, que no impone cargas, que repite a todos los afligidos, agobiados y extraviados, alejados: “Vengan. La Iglesia está aqui para ustedes”. La Iglesia de las puertas abiertas a todos, a todos, a todos”, refirió.
Advirtió del peligro de convertirse en una “Iglesia rígida, aduana, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado, una Iglesia tibia, que se rinde a las modas del mundo, cansada, replegada en sí misma”.
ARH