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Recuerdan encíclica que confía a madres y padres de familia la misión de testimoniar la fe
Vaticano.— Hace ochenta años, el 29 de junio de 1943, el Papa Pío XII publicó la encíclica Mystici Corporis, testimonio cotidiano y escondido de los padres y de las madres de familia a quienes se confía la misión de testimoniar la fe.
De acuerdo con Vatican News, en la encíclica Mystici Corporis de Pío XII, hay un pasaje particularmente, que aplica en la actualidad donde la transmisión de la fe en la familia está en crisis y la Iglesia está a punto de vivir la primera fase del Sínodo sobre la sinodalidad que tiene como objetivo la misión.
El Papa Pacelli dedica la descripción de la Iglesia como Cuerpo de Cristo “compuesto orgánicamente y jerárquicamente”.
El Pontífice invitó a no creer que la estructura orgánica de la Iglesia “se limita o reduce solamente a los grados de la jerarquía; o que, como dice la sentencia contraria, consta solamente de los carismáticos, los cuales, dotados de dones prodigiosos, nunca han de faltar en la Iglesia”.
No sólo obispos y clérigos, por una parte, y personas con carismas especiales, por otra.
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El Papa añadió “Más aún: se ha de advertir que, sobre todo en las presentes circunstancias, los padres y madres de familia y los padrinos y madrinas de bautismo, y especialmente, los seglares que prestan su cooperación a la jerarquía eclesiástica para dilatar el reino del divino Redentor, tienen en la sociedad cristiana un puesto honorífico, aunque muchas veces humilde, y que también ellos con el favor y ayuda de Dios pueden subir a la cumbre de la santidad, que nunca ha de faltar en la Iglesia, según las promesas de Jesucristo”.
En el año 1943, marcado por el horror catastrófico de la Segunda Guerra Mundial, el Papa Pío XII indicó el “puesto honorífico” que ocupan (o deberían ocupar) los “padres y madres de familia”, el Pueblo de Dios que trabaja y vive la ordinalidad de la vida cristiana y de sus sacramentos.
Pacelli no sólo recordó el camino de la santidad para ellos, sino que subraya su fundamental contribución a la expansión del Reino, es decir, a la misión.
ebv