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Renace el fascismo en Italia

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Roma.— Kortik Chondro, de 27 años, fue agredido el 29 de octubre pasado en pleno centro de la capital italiana, “culpable” de ser un “sucio negro”, como le gritaron los cinco adolescentes que lo derribaron a patadas y puñetazos, en una muestra de lo que analistas llaman la “guerra de los pobres”.

Originario de Bangladesh, Chondro terminó hospitalizado y se convirtió en la última de las decenas de víctimas de la violencia de grupos de extrema derecha, que ven a los extranjeros, en especial a los migrantes de países pobres y de piel oscura, como los enemigos a vencer.

Un informe del Reparto Operativo Especial del Cuerpo de Carabineros resaltó que entre 2011 y 2014 fueron agredidos 59 bengalíes, tan sólo en el barrio romano del Tuscolano, donde tiene sede la organización extremista Forza Nuova.

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De abierta ideología fascista y racista, Forza Nuova es uno de los grupos en auge que, según el mismo reporte, lleva a cabo una tarea de “adoctrinamiento profundo” de adolescentes, a los que “incita a la discriminación y la violencia por motivos raciales y religiosos”.

“Está ante la vista de todos que hay un renacimiento de movimientos neofascistas en este país como no se veía desde hace años”, declaró a Notimex el diputado Emanuele Fiano, del gubernamental Partido Democrático (PD).

El legislador, quien es hijo de un deportado a los campos de exterminio nazis, es impulsor de la llamada Ley Fiano, la cual propone endurecer las sanciones contra quienes realicen propaganda fascista.

El parlamentario explicó que en Italia, al igual que en toda Europa, 10 años de crisis económica y social han producido efectos sociales devastadores, con aumento de la desigualdad y empobrecimiento de una franja social media, lo que ha provocado un aumento del rencor social.

A ese escenario se ha sumado la oleada de inmigración sin precedentes que en los últimos años ha afectado especialmente a los países del sur de Europa, en primer lugar Italia y Grecia.

“Este es el contexto social ideal para el crecimiento y reforzamiento de las ideologías de extrema derecha y neofascistas”, resaltó Fiano.

Explicó que ante el auge extremista, le pareció necesaria una nueva ley que castigue la propaganda del fascismo, pues la normativa vigente penaliza a quien realice apología de esa ideología, pero sólo si tiene como proyecto la reorganización del partido fundado por Benito Mussolini.

La llamada Ley Fiano ha pasado al Senado tras ser aprobada en septiembre pasado por la Cámara de Diputados.

Sin embargo, la xenófoba Liga del Norte anunció que derogará esa legislación en caso de que, como prevén los sondeos, llegue al gobierno en 2018 de la mano de una coalición de derecha encabezada por Silvio Berlusconi.

CasaPound, otra organización extremista en auge, ha manifestado que también dará la batalla contra dicha ley, al tiempo que su vicepresidente, Simone di Stefano, aseguró que el número de militantes en esa organización “está en crecimiento constante”.

“El nuestro es un movimiento que involucra principalmente a jóvenes”, indicó el líder de la agrupación, acusada de complicidad con la familia mafiosa Spada, que controla negocios ilegales en el municipo de Ostia, a unos 25 kilómetros de Roma, y cuyo cabecilla, Roberto Spada, fue arrestado el miércoles tras agredir a un periodista.

Según el historiador Emilio Gentile, el principal experto italiano en el fascismo, los nuevos grupos extremistas se identifican principalmente con la experiencia fascista de la República de Saló, como se llamó el reducto en el norte de Italia apoyado por los nazis en el que Mussolini gobernó entre 1943 y 1945.

En entrevista explicó que los fascistas del tercer milenio consideran más “pura”la experiencia de la República de Saló, que la del fascismo de la época de la dictadura de los años precedentes en los que el régimen de Mussolini estuvo obligado a pactar con la monarquía, el capitalismo y la Iglesia.

Pero según Gentile, los actuales grupos extremistas también se identifican con el nazismo, visto como una ideología más vigorosa, rigurosa y severa que desde sus inicios fue racista, a diferencia del fascismo, que tomó ese matiz con el paso del tiempo.

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“Es el nazismo como racismo, como antisemitismo, como culto de la tierra, como culto del pueblo, como comunidad, el que inspira a estos movimientos que, sin embargo, tienen un origen actual derivado del rechazo a la globalización como pérdida de una identidad comunitaria y como expresión de un capitalismo financiero que destruye las formas productivas del trabajo”, señaló.

Por su parte, el historiador Filippo Focardi resaltó que en Italia ha existido una derecha de inspiración neofascista desde 1947, cuando se constituyó el Movimiento Social Italiano, que fue el partido de extrema derecha más fuerte en Europa occidental.

“En Italia siempre ha existido una derecha que no ha escondido sus raíces en el fascismo. Lo que es preocupante es que esta derecha parecía haber sido superada con la fundación en los 90 del partido Alianza Nacional de Gianfranco Fini, que creó una derecha moderna, liberal y de gobierno que cortó sus raíces con el fascismo”, añadió.

Lo actualmente relevante, según Focardi, es que hay un renacimiento de grupos neofascistas que se salen del proyecto de modernización de Fini (caído en desgracia por escándalos de corrupción) y que juegan con factores como el malestar económico y social creado por la crisis y la oleada migratoria.

“El impulso fuerte que tienen estos movimientos de extrema derecha, como Forza Nuova y Casa Pound, los más representativos, es la reacción contra los extranjeros y los inmigrantes y su campaña contra ellos no es solamente política, sino que se ha traducido también en agresiones físicas”, destacó el historiador. Notimex

JAHA

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