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Trump intentará suprimir voto de minorías
Nueva York.— La comisión para investigar supuestos incidentes de fraude electoral en Estados Unidos creada la semana pasada por el presidente Donald Trump revela la intención de su gobierno de suprimir votos de las minorías, coincidieron grupos civiles e investigadores.
De acuerdo con el Centro Legal para la Pobreza del Sur (SPLC), el organismo que se encarga de identificar y documentar incidentes de odio y discriminación en Estados Unidos, la composición misma de la comisión indica que será “fraudulenta”.
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La comisión es dirigida por Kris Kobach, ex procurador general del estado de Kansas, “un abogado veterano de grupos de extrema derecha con vínculos con nacionalistas blancos”, y quien ha liderado los esfuerzos en Estados Unidos para suprimir votos de minorías, asentó el SPLC.
Esta comisión fue creada por Trump para que investigue su afirmación de que 3.5 millones de inmigrantes indocumentados votaron a favor de la demócrata Hillary Clinton en las elecciones presidenciales en el estado de California, pese a que no existe ninguna evidencia al respecto.
De hecho, sólo ha habido cuatro casos documentados de intento de fraude electoral en Estados Unidos en 2016, aproximadamente uno por cada 80 millones de personas.
No obstante, el resultado temido de la comisión encabezada por Kobach es que se impulsen leyes y regulaciones que con la supuesta intención de evitar fraudes electorales dificulten el registro de nuevos votantes, en especial aquellos de latinos y afroamericanos pobres, como ya ha sido el caso.
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“Todos sabemos que el fraude electoral es prácticamente inexistente en nuestro país. La verdadera amenaza para nuestra democracia es la supresión de votantes”, expresó el SPLC.
Por su parte, Ari Berman, autor del libro más influyente sobre los esfuerzos para suprimir el voto en Estados Unidos, escribió en la revista The Nation que la comisión apunta a “perpetuar el mito del fraude a fin de sentar las bases para la promulgación de políticas que supriman la votación”.
Los ejemplos abundan. Un caso es el estado de Indiana, que durante el gobierno del ahora vicepresidente Mike Pence invadió oficinas de un grupo que trabajaba para registrar votantes afroamericanos y de bajos ingresos.
Las autoridades de Indiana se apoderaron de miles de solicitudes de registro de votantes, aunque sólo se sospechó que 10 eran fraudulentas. A la fecha, nadie ha sido acusado por esas acciones.
En Kansas, Kobach argumentó que “el registro ilegal de votantes extranjeros se ha extendido”, aunque sólo hubo cinco supuestos casos de no ciudadanos votando en ese estado en los últimos 13 años.
Quizá el más claro ejemplo de supresión de votantes es, sin embargo, el estado de Wisconsin. Nuevas restricciones impuestas impidieron que 200 mil personas votaran en las pasadas elecciones presidenciales, que Trump ganó en esa entidad por 23 mil sufragios.
De acuerdo con Berman, esa restricción en Wisconsin tuvo un “impacto desproporcionado en los votantes afroamericanos y demócratas”. Esfuerzos bien documentados de supresión de votos ocurrieron también en los estados de Ohio, Florida y Carolina del Norte.
El sesgo racista de los esfuerzos de supresión de voto se pueden detectar en los argumentos que ofrece el mismo Trump para denunciar el supuesto fraude electoral, de acuerdo con el columnista de la edición estadounidense del diario The Guardian, Steven Thrasher.
Al afirmar que 3.5 millones de personas votaron de manera irregular en California, Trump alude al estado con la mayor proporción de habitantes latinos y mexicanos en Estados Unidos, como si los votos de esta población no fueran legítimos.
En las campañas electorales, Trump aludió a problemas de supuestos fraude electoral, aunque de acuerdo con Thrasher esos llamados eran alusiones a su base de simpatizantes racistas sobre los millones de votos potencial de afroamericanos en zonas urbanas.
En un llamado para que sus simpatizantes crearan grupos para vigilar el voto el día de las elecciones, Trump sugirió: “echen un vistazo a Filadelfia, lo que está pasando ahí, miren lo que pasa en Chicago, lo que sucede en Saint Louis”. Esas tres ciudades cuentan con grandes poblaciones afroamericanas.
“Trump ha intentado repetidamente asustar a los blancos a temer ‘al otro’. Esta comisión electoral continúa ese esfuerzo al sugerir que la gente de color está votando de manera ilegítima, y va funcionar”, enfatizó Thrasher.
AGP