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“Una madre ama a todos, no hace diferencias”: Papa Francisco
Vaticano.— El Papa Francisco recordó a las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, instituidas por san Luis Orione, que deben ser madres de los más pobres, ricas en atención y ternura.
En el Palacio Apostólico Vaticano, el pontífice recibió en audiencia a las participantes en el Capítulo General de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad y las alentó a ser madres que nunca se rinden ante las necesidades de sus hijos.
“Es sobre todo esto lo que hace que los hijos se sientan en casa, seguros, aceptados más allá de sus capacidades, éxitos, condiciones sociales, origen o pertenencia religiosa, porque una madre ama a todos, no hace diferencias (…). Ustedes se definen por vocación como una congregación samaritana: ¿y quién más que una madre es “samaritano” para sus hijos? Ella ve, o más bien intuye sus heridas, se detiene, los cura y finalmente les deja seguir su camino”, dijo.
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Por lo tanto, reiteró el Papa, “tener una fe que arda en nuestro interior y resplandezca a nuestro alrededor”. Y “como madres, subrayó Francisco refiriéndose a las religiosas, el don más grande que pueden hacer a los hijos que Dios les recomienda es transmitirles su amor tierno y apasionado por Jesús”.
En cuanto a la enseñanza de don Orione de “trabajar duro”, los pobres y “los afligidos por todo mal y dolor”, como le gustaba decir al fundador, son y siguen siendo los primeros en ser buscados y beneficiados por la atención y la ternura, como hace una madre con sus hijos que, señaló Francisco “logra inventar soluciones y remedios inesperados, incluso ante situaciones difíciles o ante la incomprensión de los demás”.
ebv