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Vaticano presenta nuevo rito para instituir a catequistas

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Foto Cuartoscuro

Ciudad de México.— La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos presentó el nuevo rito de institución oficial de catequistas en la Iglesia Católica.

Asimismo, detalló los requisitos para ser aceptados, así como lo que significa ser instituido en este ministerio propio de los laicos.

De acuerdo a Aciprensa, junto al rito que ha sido presentado en latín, la Congregación del Vaticano cuyo prefecto es el Arzobispo Arthur Roche, también publicó una carta dirigida a los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, en la que se explica qué es ser catequista, sus funciones, los requisitos para ser admitidos y quiénes preferiblemente no deberían ser admitidos en este ministerio.

Como base del nuevo rito, la Congregación para el Culto Divino refiere dos documentos del Papa Francisco: el motu proprio Spiritus Domini, del 10 de enero de 2021 “sobre el acceso de las personas de sexo femenino al ministerio instituido del Lectorado y del Acolitado” y el motu proprio Antiquum ministerium, que ha instituido el ministerio del catequista.

¿Qué es y qué hace el catequista?

“El ministerio del catequista es un ‘servicio estable que se presta a la Iglesia local según las necesidades pastorales identificadas por el Ordinario del lugar, pero realizado de manera laical como lo exige la naturaleza misma del ministerio’: éste se presenta amplio y diferenciado”, indica la carta de la congregación.

“Sobre todo, hay que subrayar que se trata de un ministerio laical que tiene como fundamento la condición común de ser bautizados y el sacerdocio real recibido en el Sacramento del Bautismo, y es esencialmente distinto del ministerio ordenado recibido en el Sacramento del Orden”, precisa el texto.

Los catequistas, “en virtud del Bautismo, están llamados a ser corresponsables en la Iglesia local para el anuncio y la transmisión de la fe, desempeñando tal función en colaboración con los ministros ordenados y bajo su guía”.

Un catequista que recibe este ministerio puede realizar, entre otras funciones, las siguientes: “la guía de la oración comunitaria, especialmente de la liturgia dominical en ausencia del presbítero o diácono; la asistencia a los enfermos; la guía de las celebraciones de las exequias; la formación y la guía a otros catequistas; la coordinación de las iniciativas pastorales; la promoción humana según la doctrina social de la Iglesia; la ayuda a los pobres; el fomento las relaciones entre la comunidad y los ministros ordenados”.

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¿Quiénes no deberían ser instituidos catequistas?

De acuerdo a la misiva, no deberían ser instituidos catequistas “aquellos que ya han iniciado el camino hacia el Orden sagrado; y, en particular, han sido admitidos como candidatos al diaconado y al presbiterado”; así como también “los religiosos y religiosas (independientemente de su pertenencia a Institutos que tienen como carisma la catequesis); a no ser que sean referentes de una comunidad parroquial o coordinadores de la actividad catequética”.

Esto, debido al carácter laical del ministerio del catequista, es decir que es un servicio propio de los laicos.

Tampoco deberían ser admitidos “aquellos que enseñan religión católica en las escuelas, a menos que también desempeñen otras tareas eclesiales al servicio de la parroquia o la diócesis”.

Requisitos y celebración del rito

Es el obispo quien debe discernir la llamada al ministerio de catequista, “valorando las necesidades de la comunidad y las capacidades de los candidatos”.

“Pueden ser admitidos como candidatos hombres y mujeres que hayan recibido los sacramentos de la iniciación cristiana; y hayan presentado libremente al Obispo diocesano una petición escrita y firmada”.

Los catequistas deben ser “hombres y mujeres de profunda fe y madurez humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana; que puedan ser generosos y vivan en comunión fraterna; que reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para ser comunicadores atentos de la verdad de la fe; y que hayan adquirido ya una experiencia previa de catequesis”.

Se requiere, además, “que sean fieles colaboradores de los sacerdotes y los diáconos, dispuestos a ejercer el ministerio donde sea necesario, y animados por un verdadero entusiasmo apostólico”.

Información original y completa aquí

ebv

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