¿Ya vio lo que se acerca a gran velocidad? ¿Sabe quién es?

Por favor, ¡fíjese bien! ¿No la reconoce? ¡Es la realidad, viene a cobrar!

Después de tanto exceso y despilfarrar lo que no tenemos, llego la hora de empezar a enfrentar a esa señora hosca, fea e inflexible. ¿Quién es ella? ¿No  la conoce? No finja, fuera máscaras; esa mujer de la cual le hablo, no es otra que La Realidad.

Por más que nos escondamos; por más loas que los panegiristas oficiosos y oficiales lancen a los que dizque gobiernan y a sus decisiones, ella siempre termina por llegar a tocar la puerta.

Por más inserciones a todo lujo en los medios impresos, que pretendan dar una visión irreal de la realidad; por más visitas a los hospitales donde se encuentran los heridos producto de la negligencia criminal; por más cenas navideñas en la Plaza de la Constitución, y por más mensajes navideños del Presidente, aquella Señora no les hace el menor caso.

Ella, a lo suyo: A cobrar facturas pendientes de pago con los respectivos intereses moratorios.

Esta vez, no podemos eludir que la vemos venir; trate de ver al horizonte y la estela de polvo que se acerca a una velocidad pocas veces vista, es la que levanta La Realidad.

Hasta de ver nuestras excusas, y corruptelas mil, parece decirnos ¡ya basta! Su exigencia, por más argumentos que pretendamos dar, la razón le asiste. Una y otra vez estos últimos 15 o veinte años, hemos pospuesto el pago de tanas y tantas facturas acumuladas y con La Realidad, no hay condonación posible de intereses y tampoco, lo deberíamos haber entendido y aceptado hace muchos años, quitas al capital.

Si bien lo anterior es válido para el país, también para cada uno de nosotros.
¿Cómo eludirla, cuando ve cada año dispendio y despilfarro, sin reducir lo que le adeudamos?

Lo peor de lo peor, es que piensa y actúa en consecuencia; si otros más fregados que nosotros se aprietan el cinturón y me pagan, al menos un abonito, ¿de qué privilegios piensan que gozan estos mexicanos irresponsables? Ni una excusa más, ni un retraso en el pago más.

Así es que ya lo sabe; el polvo levantado cada vez está más cerca. Aliste la cartera, o prepárese a entregar algún bien porque, La Realidad, como suele decir Catón, esta vez viene muy encaboronada con todos nosotros.