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Cirugías plásticas, peligro en Brasil

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Río de Janeiro. En Brasil, subcampeón mundial en número de cirugías plásticas practicadas detrás de Estados Unidos, la obsesión por el culto al cuerpo causa cada año decenas de muertes por operaciones realizadas por médicos no especialistas o charlatantes.

Cada año decenas de casos de mujeres que se someten a procedimientos quirúrgicos, para aumentar el tamaño de sus nalgas o reducir la grasa, fallecen causando conmoción a la sociedad brasileña, mientras los expertos alertan de la falta de controles.

El último caso se produjo en agosto, en la periferia de Río de Janeiro, cuando la profesora Cintia Fernandes de Oliveira, de 39 años, murió tras someterse a una cirugía plástica en la barriga en el municipio Duque de Caixias.

Los doctores que la atendieron dijeron que su muerte se produjo por una complicación pulmonar no vinculada a la operación, pero el caso es investigado por la policía.

Al menos otras cuatro personas –todas mujeres- murieron en Brasil desde enero por someterse a cirugías estéticas realizadas por médicos no especialistas, en un país que en 2015 llevó a cabo 1.2 millones de operaciones de este tipo, según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética.

“Aquí, como en otros países, desafortunadamente hay médicos realizando intervenciones sin ser especialistas en cirugía. Se trata de un problema grave”, explica a Notimex el doctor Luciano Chaves, presidente de la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica (SBCP).

Las estimaciones de la SBCP señalan que hay al menos 12 mil médicos realizando cirugías sin la titulación necesaria, cuando no son meros charlatantes que realizan peligrosas intervenciones sin la higiene ni los conocimientos necesarios por un precio diez veces menor a los de clínicas especializadas.

Datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética señalan sin embargo que en Brasil hay cinco mil 500 especialistas acreditados, el segundo país con mayor número de cirujanos plásticos, por detrás de los seis mil 500 de Estados Unidos.

“Llevamos años luchando para crear un acuerdo institucional que establezca un código de conducta por el cual solo los médicos especialistas en cirugías puedan ejercerlas”, explica Chaves, que critica que “en Brasil cambiar una ley demore 10 años”.

Los expertos denuncian que no hay control en la adquisición y aplicación de componentes potencialmente nocivos para la salud (metacrilato tipo PMMA, poliacrilamida, hidrogel), mientras la falta de legislación desemboca en una cierta impunidad para los infractores.

En paralelo al combate por una legislación más punitiva, se lleva a cabo una campaña de concientización pública por parte de algunas de las víctimas, como Andressa Urach, una ex presentadora de televisión y Miss Nalgas 2012 en Brasil que escapó por poco a la muerte.

La joven de 28 años, adicta a las operaciones de cirugía estética, conmocionó al país tras estar entre la vida y la muerte por implantarse en 2009 una cantidad equivalente a 500 mililitros de hidrogel en cada pierna, con el objetivo de acrecentar el volumen de sus glúteos.

Cinco años después, las complicaciones la obligaron a pasar por el quirófano para extraer la substancia que, sin embargo, ya se había filtrado a partes del organismo y amenazaban con provocar su muerte.

Ingresada en un hospital durante más de 20 días, en los que se debatió entre la vida y la muerte de una infección que se había extendido por todo el cuerpo, Urach cambió de vida al salir del hospital.

Se convirtió en una fervorosa religiosa evangélica y escribió un libro “Morí para vivir” que fue éxito de ventas y la llevó a recorrer todo el país. (Notimex)

refm

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