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¿Qué ofrecen las sociedades fiduciarias?

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Ciudad de México.— El auge de las sociedades fiduciarias y los trust financieros a lo largo y ancho del mundo moderno no es ninguna sorpresa.

Este tipo de contratos acarrean consigo un enorme número de beneficios tanto para empresas como para personas individuales e, incluso, grupos familiares.

Y es por eso que cada vez son más los latinoamericanos que están optando por contratar sociedades fiduciarias de confianza.

El más claro ejemplo de una de ellas es Fidemont, que se encarga de establecer trusts y sociedades de forma efectiva, rentable, segura y, sobre todo, enmarcada dentro de la ley.

Las sociedades fiduciarias son las encargadas, entonces, de administrar los trusts (conocidos en habla hispana como fideicomisos). Dándoles así toda la transparencia posible, y garantizando que todos los bienes que allí se almacenen reciban el mayor de los cuidados posibles.

¿Qué partes integran un trust?

Los trusts deben estar integrados obligatoriamente por tres partes, con la posibilidad de que exista, a su vez, una cuarta.

La primera de esas partes son, justamente, las sociedades fiduciarias. También llamadas trustees, pueden estar encarnadas por una o más personas, pero lo recomendable siempre es que se contrate a un Trust Company como la ya mencionada Fidemont.

Su rol es, como ya se ha dicho, administrar el trust y garantizar que éste perdure a lo largo del tiempo sin inconvenientes.

Su misión es asegurarse de que el trust cumpla con la protección y la transferencia generacional de todos los bienes que allí se guarden.

El segundo pilar sobre el cual se sostienen los trusts son los settlors. En esencia, el settlor es aquel que se interesa por establecer el trust, el dueño de los bienes que serán depositados.

Ellos buscan, por sobre todas las cosas, tener la certeza de que sus bienes estarán resguardados y seguros. Esperan que sus instrucciones sobre cómo proceder con los mismos sean seguidas al pie de la letra o, en última instancia, que recibirá el mejor asesoramiento para darles a sus bienes el mejor destino posible.

El tercer pilar importante, que a veces suele ser visto como menos central que las sociedades fiduciarias y los settlors, son los beneficiarios. Este es el grupo de individuos que obtendrán, eventualmente, los beneficios del trust, los cuales estarán sujetos a las órdenes del settlor y a la mediación de la sociedad fiduciaria.

En cuarto lugar, y como pilar extra, tenemos a los advisors, o asesores, cuyo rol puede ser encarnado por las propias sociedades fiduciarias o por expertos externos designados por el trustee, el protector o el Settlor.

Su tarea es, justamente, aconsejar sobre las mejores maneras de gestionar los bienes del trust, siempre abocando a un incremento de las ganancias, una perdurabilidad a lo largo del tiempo y una preservación de los deseos del settlor.

Lo más importante para que un trust en el extranjero tenga éxito es que todas las partes, sociedades fiduciarias, settlors, beneficiarios y advisors, estén de acuerdo.

Debe haber comunicación entre ellas y que todas las diferencias se puedan resolver de forma profesional y civilizada.

¿Por qué son tan necesarias las sociedades fiduciarias?

Si bien establecer un trust, puede hacerse sin contratar sociedades fiduciarias, la realidad es que hacerlo retrasaría enormemente todo el proceso, por no mencionar que elevaría enormemente el margen de error.

Alejandro Zubiría, quien representa a Fidemont en América Latina, nos propone una alegoría muy interesante para recalcar la importancia de las sociedades fiduciarias:

Yo creo que, para explicar la relevancia que tienen las sociedades fiduciarias a la hora de establecer un trust, podría compararlo con vender inmuebles.

Se trata de una actividad donde se ven involucrados patrimonios que cargan un gran valor no solo económico, sino también emocional.

Y una persona puede embarcarse por sí misma para vender su casa departamento o local, por supuesto. Pero eso conlleva un gran compromiso, responsabilidad y, si no se gestiona correctamente, puede traer consecuencias más que desagradables.

Es por eso que la mayoría de las personas opta, en su lugar, por contratar a una inmobiliaria. Estas compañías se encargan de que se obtengan los mejores resultados, tanto en valor como en efectividad.

Contratar una inmobiliaria implica contratar profesionales, y en el caso de las sociedades fiduciarias ocurre lo mismo.

Como bien explica, entonces, Alejandro Zubiría, recurrir a la ayuda de sociedades fiduciarias para establecer un trust no es algo que se haga porque sí.

Estos tipos de sociedades son sinónimo de tranquilidad, eficiencia y seguridad, tres elementos que todo aquel que decida abrir (o colaborar) en un fideicomiso valora enormemente.

Al implementar la ayuda de profesionales, como los que integran el equipo de la ya mencionada Fidemont, los settlors pueden desligarse de todas las tareas engorrosas que conlleva la apertura de un trust, tanto en el marco legal como en el moral y económico.

Por otro lado, podrán hacerlo con la certeza de que sus valiosos y queridos bienes están bajo un excelente cuidado. Y que todas las decisiones que se tomen sobre los mismos tendrán el único objetivo de enriquecer, preservar y respetar el patrimonio.

¿A través de qué tareas y procedimientos logran las sociedades fiduciarias garantizar todo esto?

En primer lugar, las sociedades fiduciarias deben tener todos los conocimientos necesarios respecto del mundo de las leyes y regulaciones que intervienen a la hora de establecer un trust.

Esto es crucial, puesto que al contar con todos esos saberes, pueden procurar desligar, como ya se ha dicho, a los settlors de muchas preocupaciones.

Las sociedades fiduciarias pasan a encargarse de estar en regla con todo. Garantizando así que todo lo referente al trust se encuentre dentro del marco de la ley, evitando sanciones legales y económicas para las partes involucradas.

Eso por no mencionar que elaborar todos los registros contables correspondientes para cumplir con todo eso puede ser sumamente engorroso. Y distraer a las otras partes del trust de cumplir con sus propias responsabilidades. Eso por no mencionar el impacto que puede suponer en sus vidas personales.

Fidemont, con sus largos años de experiencia, hace un hincapié particular en estos últimos puntos. Garantizando un abordaje integral de cada trust. Cerciorándose de que todo vaya sobre ruedas y que no haya ningún inconveniente.

Además de eso, las sociedades fiduciarias son las que se encargarán de fungir el rol de personas jurídicas, representantes del trust ante terceros.

Y por si todo eso fuera poco, son las responsables de elaborar las minutas y los soportes de cada una de las transacciones que se hagan hacia el trust. Llevando así un conteo preciso sobre todo lo que ocurre tanto dentro como fuera de él.

Se debe dejar constancia de que todos los movimientos son totalmente lícitos, priorizando así, una vez más, evitar disgustos legales y sanciones a futuro.

La historia del trust debe quedar registrada de la manera correspondiente, con todos los documentos completos y al día por si hay que hacer alguna presentación de los mismos a futuro.

Como ya habrá quedado claro, establecer un trust demanda de enormes niveles no sólo de atención, sino también de conocimiento. Por lo tanto, lanzarse a crear uno sin la ayuda de una sociedad fiduciaria podría resultar riesgoso o irresponsable.

No es algo que se pueda llevar a cabo así sin más, puesto que cualquier número fuera de línea o cualquier falta de alineamiento frente a la ley puede acarrear consecuencias gravísimas que atenten directamente contra el patrimonio y contra las partes involucradas en el trust.

“Un trust exitoso debe ser transparente” suele decir Alejandro Zubiría, y esa expresión es sumamente acertada.

Y es justo para lograr eso que las sociedades fiduciarias entran en escena, siendo tan valiosas para la totalidad del proceso. Garantizarán no sólo la regulación, la legalidad y la transparencia de los trusts, sino también la seguridad de los bienes allí aportados..

Es por eso que, una vez más, te aconsejamos que si estás pensando en abrir un trust, te asesores con una sociedad fiduciaria de confianza y con amplia experiencia en el rubro, como la ya mencionada Fidemont.

¿Sabías lo que eran las sociedades fiduciarias? ¿Conocías todos los requisitos que hay para abrir un trust?

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