Análisis y Opinión
Energías limpias… la nueva cultura global
Las energías limpias representan no sólo un modelo de negocio y un cambio industrial; representan una nueva cultura social que se sustenta en la responsabilidad para con el medio ambiente y la naturaleza.
Implican un cambio de mentalidad y una nueva visión del mundo y deben traer consigo cambios jurídicos para asegurar la preservación la naturaleza. De hecho, empiezan a surgir iniciativas en la comunidad internacional para gravar con impuestos adicionales las importaciones de países cuyos productos sean derivados de los combustibles no renovables, cuya utilización genera un grave daño y deterioro para el equilibrio ambiental. De este modo pretenden presionar a los países que aún hoy siguen deteriorando el medio ambiente.
A final de cuentas las energías limpias representan la visión de una economía humanista que impactará favorablemente y de modo indirecto las relaciones humanas.
La noticia referente a que el gobierno de Cuba está incentivando la inversión de capitales en proyectos de generación de energías limpias por encima de las tradicionales, que son las de origen fósil, nos da una idea de la relevancia de este tema.
La generación de energías limpias hoy es fundamental, pues nuestra vida está rodeada de sistemas que requieren activarse a partir de algún tipo de detonante.
El gran reto para México es la definición de una política energética responsable con el medio ambiente al margen de intereses políticos o condicionamientos ideológicos, creando conciencia que de esto se derivará la salud de los mexicanos, así como la preservación de nuestro entorno natural.
La depredación del ambiente hoy está trayendo graves consecuencias que pueden llegar incluso a manifestarse en desastres naturales, afectaciones no sólo en la flora, sino también en la fauna, poniendo a muchas especies en peligro de extinción al afectar negativamente su hábitat y el equilibrio que en él había.
No sobra recordar el grave proceso de depredación que se dio en el sur de Veracruz y en Tabasco durante los años ochenta del siglo pasado a partir del descubrimiento de grandes yacimientos petroleros en las selvas de esas regiones. El impacto aún hoy no se ha recuperado.
La mayoría de los gobiernos del bloque occidental, al que pertenece México, han asumido compromisos para estimular una economía sustentada en energías limpias y amigables con el medio ambiente y nuestro país en el pasado reciente ha sido un importante promotor de esta visión de responsabilidad social.
México tiene una gran responsabilidad frente al mundo, de preservar el equilibrio ambiental pues en el sureste mexicano, que es donde están los más importantes yacimientos petroleros de hoy, es precisamente donde se ubican varias de las zonas con mayor riqueza en biodiversidad, como lo es el Estado de Chiapas, que limita precisamente con Tabasco y Oaxaca, con el sur de Veracruz.
Entorpecer el desarrollo de la industria generadora de energías limpias para proteger a CFE y PEMEX implica abrir riesgosos frentes de alto impacto para el futuro de nuestro país, como es frenar la inversión económica proveniente del extranjero, generar conflictos internacionales a partir de demandas legales de las empresas que ya habían invertido grandes sumas para abrir mercado en nuestro país y la consecuente desconfianza que se genera en el ámbito de los capitales extranjeros, para los cuales lo más importante es la seguridad jurídica de su inversión También implica romper acuerdos que ya se habían firmado con otros países para juntos preservar el medio ambiente, así como el riesgo de fomentar la depredación de áreas naturales a partir de la exploración de yacimientos, y por si fuera poco lo anterior, frenar en lo que cabe esta nueva cultura de responsabilidad ambiental.
Entre los riesgos para México, aparecen referencias en el boletín “Tendencias Económicas y Financieras”, que en su edición del 19 de julio del 2021, bajo el título “Vienen impuestos verdes”, se da a conocer la noticia de que Europa hizo pública la presentación de 12 leyes que están siendo sometidas a aprobación de los países integrantes para reducir las emisiones de dióxido de carbono, que es un gas incoloro vinculado con el denominado “efecto invernadero”.
Podríamos suponer que tras estas leyes pueda haber sanciones para los países que no participen en este esfuerzo global para reducir la contaminación generada por la combustión de derivados de petróleo y ciertos gases fósiles, lo cual debiese preocuparnos pues se vincula con la actual política energética del gobierno federal.
A su vez, esta publicación destaca que los líderes demócratas norteamericanos también “están considerando la aplicación de leyes, estímulos y sanciones no sólo para reducir sus emisiones de CO2, sino para impedir que lleguen bienes provenientes de países que contaminan mucho”. Esto, de prosperar, podría generar modificaciones a nuestro acuerdo comercial T-MEC.
Las energías limpias representan un futuro de prosperidad económica, desarrollo industrial, mayor competitividad empresarial a partir de la utilización de energías de menor costo, así como protección al medioambiente y además, la preservación de la salud para todos los mexicanos.
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