Análisis y Opinión
Y la otra epidemia ¿para cuándo?
A casi mes y medio de haber iniciado el confinamiento a causa de la pandemia de Covid-19, la cifra de muertes por esta enfermedad supera las dos mil víctimas; es decir, un promedio de entre 40 y 50 personas que han muerto cada día en nuestro país por la cepa de Coronavirus.
Luego de haber conseguido aplanar la curva epidémica, las autoridades sanitarias del gobierno empiezan a echar las campanas al vuelo. Ojalá y lo logremos y este 1 de junio podamos reiniciar nuestras actividades; de ser así, le puedo asegurar que la Presidencia de la República se sentirá muy orgullosa de haber apaleado de mejor manera, y seguramente dirán que a menor costo, que en países desarrollados, cuyo número de muertes y contagiados es inmensamente superior.
Pero de igual manera que el gobierno, con el apoyo de aquellos que han hecho caso al llamado de “Quédate en casa”, ha trabajado para frenar al Coronavirus, debería hacerlo para combatir la otra pandemia que vivimos y que es mucho más mortífera: la de la violencia que no ha cesado y que da muestras de ser mucho más poderosa que el Covid-19.
Con una inversión en este primer año de gobierno de 101,498 millones de pesos, se registraron 34,579 homicidios dolosos; es decir, 2,881 personas murieron cada mes durante 2019 (96 diarias), bajo la gestión de la 4T.
Si comparamos esta cifra con la del primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, hay una diferencia abismal, siendo que en aquel 2012, EPN invirtió 118 millones de pesos (más que AMLO) y se registraron 18,432 homicidios dolosos; es decir, casi la mitad de los que se registraron en esta administración. Pero no sólo esto, el primer año de gobierno de la 4T ha sido el más violento en los últimos 4 sexenios, ni más ni menos.
Y la fórmula es clara, se invierte menos en seguridad, hay mayores problemas económicos, mayor desempleo, mayor tolerancia a los delincuentes y por consiguiente, un incremento notable en homicidios… en violencia generalizada en nuestro país. Pero lo peor es que las cosas no pintan para mejorar. Simplemente, este mes de abril superó cualquier expectativa. El día 20 del mes pasado se registraron 114 homicidios, lo que ayudó a que el primer trimestre de este 2020 mostrará un incremento del 3.6% de asesinatos en comparación con el mismo periodo del año pasado. Cifras dadas a conocer por el mismo gobierno de la 4T.
¿Entonces, qué puedo decirle? ¿En qué momento la 4T dejará de ignorar las cifras, de mandar abrazos y se pondrán a trabajar en materia de seguridad? Es entendible el espíritu de evitar derroches, de ahorrar dinero, de cumplir con la prometida austeridad republicana, pero ¿este es el sector indicado en donde se debe ahorrar?
En todo este tiempo de pandemia no he visto por lado alguno al Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo. Desconozco si se esté “guardando” para evitar ser contagiado, desconozco si a él no le preocupen estas cifras o si tiene órdenes superiores de no tomarlas en cuenta; ya que “abrazos y no balazos” es, en teoría, la fórmula que nos ”curará” de esta otra pandemia que vive nuestro país. Pero lo que es un hecho es que el México que saldrá a las calles a partir de junio será muy distinto. Un México con mayor número de desempleados, con una economía desgarrada y que tardará mucho tiempo en curarse.
Ingredientes suficientes como para que la delincuencia se pueda desbordar, aún más, y en dónde la gente de bien -que estoy seguro que somos la mayoría-, estamos indefensos ante un grupo de personas que delinquen ante la mirada pasiva de las autoridades. Pero eso sí, delincuentes que también, seguramente, extenderán la mano para recibir los apoyos prometidos por la 4T desde antes de llegar a Palacio Nacional. Ellos, los delincuentes, ganarán por ambos lados. ¿Habrá cura para esta otra pandemia?
José Luis Arévalo
Periodista
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