Columna Invitada
La enemistad entre judíos y palestinos: nada sencillo
Lo peor que se puede hacer al tratar esta guerra de Hamas contra Israel, es el simplismo. Los ataques recientes del grupo Hamas a Israel, los peores que se han dado a través de los años, no pueden explicarse sin tomar en cuenta muchos factores históricos, territoriales, étnicos, religiosos, políticos y sociales, es decir un entramado muy extenso de antecedentes. Ambas naciones tienen sus motivos de enemistad y reclamaciones tanto jurídicas como de derechos humanos.
Israel le debe muchas a los palestinos, más que a la inversa, medidas que Israel ha ido tomando a través del tiempo desde que se declaró como estado independiente el 14 de mayo de 1948, tras la resolución 181 de la ONU en 1947, para la partición de palestina (y crear un “hogar nacional” para los judíos). Abusos en control del territorio y violaciones a derechos establecidos internacionalmente, que han sido sometidos a la Naciones Unidas (ONU) y al tribunal (internacional) de La Haya, y que generalmente han sido descaradamente ignorados por el gobierno israelí. Muchas violaciones a derechos humanos realizadas principalmente por miembros de las fuerzas armadas israelíes, que han asesinado impunemente y sin motivo a hombres, mujeres y niños y dañado o destruido sus bienes.
Sin embargo, esos crímenes en contra del pueblo palestino no justifican los ataques militares de Hamas y de otras organizaciones identificadas con el pueblo palestino a la población judía (y de otras nacionalidades) que vive en el territorio de Israel. En especial los de los días recientes, en que han causado muertos y heridos por bombardeos con misiles y hasta directamente por milicianos de Hamas, muchos civiles en Israel, a donde invadieron, mataron e hirieron a quienes se encontraban, y tomaron rehenes, militares y civiles, incluyendo extranjeros y trasladados a territorios de la Franja de Gaza.
Tras la II Guerra Mundial, los aliados triunfadores, como señalé antes, dieron a judíos un territorio, tomado de lo que se consideraba Palestina, como un protectorado, para que se establecieran como un territorio propio, al que llegaron de Egipto hace muchos siglos, la considerada “tierra prometida. A las familias judías que siempre vivieron allí, se fueron sumado miles y miles de judíos llegados de otros países, un proceso migratorio constante desde entonces.
Pero los judíos determinaron considerarse como nación-estado independiente, algo que se veía llegar en la política internacional. De inmediato los vecinos árabes decidieron destruirlos, pero los militares judíos les ganaron una guerra que era en apariencia desproporcionada en número de soldados y en poder militar en general. Tras esa guerra, el estado israelí tomó posesión de mucho más territorio del que les habían concedido sus “padrinos” poderosos del mundo en 1947.
Pero a través de los años, los territorios que se habían considerado como palestinos, fueron ocupados en muchos sitios por judíos que se establecieron en nuevos asentamientos. Muchas otras medidas fueron tomadas por Israel, principalmente por su gobierno y fuerzas armadas, pero también por civiles, en contra de los palestinos. Todo ello se sumaba a los resentimientos, quejas y denuncias tanto de palestinos como de otras naciones, árabes y de religión musulmana. Hay que tomar en cuenta que entre los palestinos se encontraban y encuentran personas de religión judía, cristiana y musulmana. Durante siglos vivieron en relativa paz entre ellos.
Pero dentro del pueblo palestino y de aliados de otras naciones vecinas y musulmanas, nunca se la ha perdonado a los judíos que crearan el nuevo estado de Israel en territorios que consideraban palestinos exclusivamente. De allí se crearon varias organizaciones dispuestas a acaban con dicha nación, y como dicen, a echar al mar para siempre a los judíos, desapareciendo el estado de Israel.
Dentro de esas organizaciones antijudías, están Hezbolá (“Partido de Dios”) y Hamas (“Movimiento de Resistencia Islámica”), que lo han atacado, pero siempre siendo vencidos por unas fuerzas armadas israelíes altamente adiestradas, disciplinadas y armadas. Dos nuevos intentos militares, vio Israel de sus vecinos árabes para acabarlo, pero también en ambos casos Israel salió militarmente vencedor, la llamada “guerra de los seis días” (1967) y el ataque iniciado en el Yom Kipur (1973), éste de auténtica sorpresa, que causó grandes daños y muerte a Israel hasta que finalmente las fuerzas armadas prevalecieron y se llegó a un armisticio forzado por la ONU.
En varias ocasiones, las milicias de Hamas, correctamente consideradas como terroristas, han atacado a Israel, y siempre han estado en abierta desventaja, vencidas por las fuerzas armadas israelíes con graves consecuencias para civiles palestinos. Cada vez, las represalias militares israelíes eran mayores y el pueblo palestino sufría mas daños y muertes, y nuevas medidas israelíes ocupando territorio palestino. La finalidad explícita de Hamas es acabar con el estado de Israel, y por eso no dejan de atacarlo.
Esta vez Hamas realizó el mayor ataque contra la población civil de Israel, lanzando miles de cohetes contra las principales ciudades, invadiendo su territorio, causando daños y asesinando civiles indefensos. Tomaron también rehenes militares y civiles (judíos y extranjeros que allí se encontraban). Como respuesta, el gobierno de Israel ataca inmisericordemente a la pequeña Franja de Gaza. El primer ministro de Israel dijo que la venganza será terrible. Sin duda que su gobierno intentará de una vez por todas de acabar con Hamas, para siempre. Eso tendrá un costo en vidas y propiedades nunca visto y del que Gaza no podrá recuperarse.
Independientemente de todos los daños y abusos de Israel en contra del pueblo palestino, los ataques de Hamas no son solamente injustificados, ya que la violencia no resuelve todo eso, y solamente ha generado nueva y peor violencia sufrida por personas ajenas a las acciones terroristas de Hamas. El saldo de esta guerra (así la considera Israel, no sólo acto terrorista) será terrible e irreparable.
Algo que me llama la atención es que Hamas sabe que no puede ganarle militarmente al pueblo judío de Israel, pero busca hacerle daños, sin considerar que cada vez que lo ha hecho, las consecuencias han sido gravísimas para el pueblo palestino, en especial el que habita en la Franja de Gaza. Y esta vez, la mortandad y destrucción causada por el ataque terrorista (que así lo es) de Hamas en Israel, las peores en su historia desde su creación en 1948, las padecerá también la población de Gaza. Ésta sufrirá hambre, sed, carencia de todo, muerte, enfermedades, angustia y desesperación, y quizás, creo, inestabilidad política.
Es importante destacar que el pueblo palestino que vive en Cisjordania y su gobierno son ajenos a las acciones terroristas de Hamas (al que consideran como su adversario político), bien declarado por el gobierno legítimo palestino. Este gobierno, por diversos voceros, ha señalado la responsabilidad histórica de Israel en violación de los acuerdos internacionales a derechos humanos y políticos de Palestina, y que es antecedente a las acciones terroristas de Hamas. Los resentimientos palestinos en contra de los abusos y violaciones legales de Israel en contra de Palestina son más que entendibles. Y los resentimientos israelís por los ataques terroristas de Hamas a través del tiempo, también lo son.
Es claramente injustificable el ataque terrorista de Hamas a Israel, y en esto hace justificable ponerse del lado de las víctimas, que son civiles de Israel, y también de Gaza. ¿Cómo terminará esta guerra? Sin duda que, con la superioridad militar de Israel, con el aniquilamiento de Hamas, muchos muertos y heridos, y destrucción en ambos lados, Israel y Gaza. Los daños políticos y humanos consecuencia de estos ataques de Hamas serán irreparables y dañarán por muchos años la situación geopolítica, religiosa y humana de la región.
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