Columna Invitada
México ante Trump: escenarios
Antonio Maza Pereda
El fallido atentado contra Donald Trump, aumentó sus probabilidades de ganar las elecciones en los Estados Unidos. Ante esta situación, muchos de los analistas, tanto nacionales como extranjeros, se han dedicado a desarrollar diferentes escenarios. Es importante tener claro qué se entiende por ese concepto, que muchas veces es mal entendido. Este fue creado por una compañía de consultoría de los Estados Unidos, The Rand Corporation, en los tiempos de la Guerra Fría, principios de los cincuenta del siglo XX, cuando se le pidió a esa compañía, quien tenía un grupo muy poderoso de matemáticos, crear la estrategia de una guerra nuclear.
Ese grupo de matemáticos pensaron en un método que no incluyera aspectos matemáticos ni probabilidades, dado que no había historial de guerras nucleares. Y a eso le llamaron escenarios. Precisamente con la idea de que no se trataran de tomar demasiado en serio esos análisis, ni tratar de obtener de ahí decisiones firmes. Simplemente decir: “si tal situación ocurriera, entonces las consecuencias serían estas, y habría que actuar así”.
Este método no busca medir probabilidades. Se habla solamente de posibilidades, que no son necesariamente lo mismo. Este esquema, que ha sido muchas veces mal usado, se podría aplicar a la situación que podríamos tener frente al triunfo de Donald Trump, y ver cuáles son las consecuencias que podríamos esperar para nuestro país.
Es difícil definir algún número de escenarios. Para efectos de este artículo, se usarán solamente dos posibilidades y, de ahí en adelante, se podrían pensar en otras variantes. Un escenario sería el escenario Victoria Aplastante, donde Donald Trump triunfa con un amplísimo margen y además también gana en el Congreso; se queda sin contrapesos que le puedan impedir hacer su voluntad. Y a otro le podríamos llamar el escenario Manos Atadas, donde efectivamente gana, no por un margen muy abultado, pero pierde en el Congreso y, por lo tanto, sus contrapesos son fuertes. En estos dos escenarios, veamos las posibles consecuencias para México.
En el aspecto de los inmigrantes ilegales: si ocurre la Victoria Aplastante, se volverían a endurecer las deportaciones. Se pondrían nuevas reglas, fondos para impedir y limitar importantemente estas inmigraciones ilegales. Por otro lado, en un escenario donde Trump tiene las Manos Atadas, continuarían habiendo límites a la emigración, como lo hicieron los gobiernos demócratas, aliviando los peores aspectos de tipo político para conservar el voto de los latinos.
Otra área de consecuencias sería el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). En la Victoria Aplastante, Trump ampliaría los obstáculos para México en el libre comercio. Por otro lado, en el escenario de las Manos Atadas, habría una negociación más ajustada a las necesidades de los tres países. Porque hay que reconocer que a los tres les conviene este Tratado. Aquí, posiblemente, también habría que enfrentar la presión de los sindicatos de los EE. UU., que son una de las fuerzas que apoyan a los demócratas y quienes se han quejado permanentemente de que las condiciones laborales en México son sumamente desfavorables para ellos. Y han insistido en que se puedan pagar mejores salarios a los trabajadores mexicanos.
La reubicación de empresas, el llamado Near Shoring que significa dejar de estar abasteciendo a Estados Unidos desde países muy lejanos y buscar su abastecimiento en zonas cercanas. En el escenario de la Victoria Aplastante, Trump seguramente tratará de capturar lo más posible de la producción de regreso a los Estados Unidos. En cambio, si tuviera las Manos Atadas, posiblemente le daría más impulso a la relocalización de las empresas cercanas al país.
El tema del narcotráfico: con la Victoria Aplastante, habría una presión más fuerte contra los narcotraficantes y, posiblemente, intervenciones militares en forma directa. Por otro lado, no es de esperar que se limitara el tráfico de armas, dado que buena parte de los votantes de Trump están en contra de que se pongan límites a la compra del armamento. Si tuviera las Manos Atadas, habría extradiciones de narcotraficantes, presionando a los funcionarios mexicanos para aumentarlas. Habría ataques encubiertos a los traficantes, sin una intervención abierta de las fuerzas armadas de los EE. UU. Ataques quirúrgicos, pensados para acabar con algunos líderes importantes. Con las Manos Atadas, habría alguna limitación de armas, que es una bandera de los demócratas.
Finalmente, ¿qué ocurriría con las remesas? Es una manera de presionar fuertemente al gobierno mexicano. Las remesas legales son ya tan grandes como varios de los rubros de la economía mexicana. Tan relevantes como el petróleo y el turismo. Es un modo de presionar fuertemente al gobierno mexicano para que se haga la voluntad de Donald Trump. Posiblemente, se crearía una regulación limitante o impuestos a las remesas. Y, desde luego, con las Manos Atadas no se usarían las remesas como una manera de presionar al gobierno mexicano.
Estos son solamente algunos ejemplos. Puede haber otros escenarios, sobre todo internacionales. La amistad de Trump con Putin, podría cambiar la guerra en Ucrania, y su amistad con Netanyahu alargaría el conflicto en Palestina. Para efectos de ilustrar el concepto, se comentan dos de ellos, pero es probable que pueda haber otras combinaciones. El gobierno mexicano no tiene total libertad de acción frente a una potencia tan importante como la de Estados Unidos. Y nuestras economías están tan fuertemente ligadas que no se puede olvidar que una depende en buena parte de la otra. Valdría la pena analizar otras opciones y, sobre todo, estar pensando desde ahora qué hacer en el caso de que se dé cualquiera de esos posibles escenarios, para no tener que estar improvisando.
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