Opinión

El Tribunal Electoral a la deriva

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El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sufre sus horas más bajas.

Su presidente Vargas llevó a sus compañeros al borde de la desesperación y a tomar acciones a todas luces ilegales. (La fracción XV del artículo 180 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación es parte de un sistema de normas constitucionales y legales, por lo que de su interpretación sistemática, no tiene el alcance de permitir a los magistrados modificar su esfera de competencias ni ampliar o reducir el encargo de su presidente y menos aún de erigirse como jurado calificador de su desempeño).

Ciertamente la permanencia del presidente era insostenible, la decisión de los magistrados fue valiente sin duda; no obstante, tropezaron con la misma piedra: la sombra de la influencia del Ejecutivo Federal.

Un análisis serio de constitucionalidad tiraba este valiente actuar de los magistrados.
Pero entonces, el Presidente de la SCJN, fiel a su proclividad a anunciar sus criterios (algo prohibido para un juzgador) señaló: 1. Que el magistrado Vargas no podía continuar con su encargo. 2. Que tampoco se aceptaba en Palacio Nacional la imposición de Reyes Mondragón.

Continuando con esta serie de imprecisiones legales y a instancias de esta declaración de Arturo Zaldívar, el recién nombrado presidente renuncia a su encargo ¡porque faltó que votaran dos magistrados! Claro, sus votos sin duda podrían modificar el resultado de 5-0 con el que fue electo.

Lo anterior para cumplir con las condiciones políticas impuestas para aceptar este motín.

Lamentablemente, esta cadena de sucesos muestra una serie de decisiones tomadas desde la visión política y sometiendo el marco legal a la misma. ¡La ley y la Constitución ceden a las necesidades políticas!

¿Cual será la legitimidad de estos juzgadores a la hora de decidir sobre la legalidad de las elecciones pasadas ?

¿Podemos confiar que sus decisiones son jurídicas y no políticas ?

Si ya renunció Reyes, lo más sensato sería que quede como anécdota; que el magistrado Vargas reasuma funciones y que inmediatamente renuncie para abrir paso a la elección de un nuevo presidente.
Cualquier otro escenario es una estocada al sistema jurídico; algo inadmisible en el máximo órgano de justicia en materia electoral.

En el Ágora: los feligreses lo felicitan por haber renunciado a la extensión de mandato; los agudos de vista felicitan a los 10 ministros que se mantuvieron firmes en la defensa de la Constitución y no le dejaron otra salida.

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