Opinión

La crónica de un aborto fallido que se hizo viral. Una ventana a la realidad

Eligieron “tirarlo”

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Circula en redes sociales y medios de comunicación que lo reproducen sin descanso, un video en el que vemos a un joven temeroso dejar una bolsa de plástico azul al lado de las llantas de un auto, en Tultitlán. Este caso despertó la indignación de los televidentes y usuarios, pues dentro de la bolsa había un recién nacido prematuro, sin cobijo y todavía con la placenta. Fue el llanto del bebé, que se aferró a la vida, lo que alertó a los vecinos, quienes lo encontraron y llamaron a la policía.

La opinión pública pasó de la indignación al linchamiento mediático y el video se volvió viral cuando se supo que el chico que abandonó al bebé era su propio padre, Lucio, de 18 años.

Lucio era menor de edad cuando conoció a Diana, se enganchó con ella de tal manera que abandonó su casa, a su familia y sus estudios, para ir a vivir con su novia en la casa de los padres de la chica, de 21 años. Esta decisión molestó mucho a su madre que le dejó de hablar: Lo volvió a ver este año cuando llegó a comer a su casa, estaba “muy descuidado y sin trabajo”. No volvió a saber de él hasta que lo vio en las redes sociales y “entró en shock”.

Dulha Utrera es la madre de Lucio, quien junto con su esposo, decidieron denunciarlo, fue la madre la que finalmente lo convención de “no ser cobarde” y entregarse.

El relato de lo que ocurrió lo sabemos por la propia abuela del bebé abandonado, quien filtró la conversación en WhatsApp de la pareja, porque dijo “los dos son responsables de lo que hicieron”, “una monstruosidad”.

UN ABORTO FALLIDO

Diana tenía más de cinco meses de gestación cuando decidió tomar pastillas abortivas para acabar con el embarazo. Sin orientación médica, sin vigilancia, sin información, como si fuera un sencillo método anticonceptivo, la chica tomó una o varias dosis de medicamentos que se venden sin receta y hasta en redes sociales, con el resultado que ya conocimos.

Diana estaba en su turno de trabajo, en una pastelería a la que había entrado recientemente, cuando sintió dolor y que “la cosa” se le salía, fue al baño y ¿abortó? ¿dio a luz? Lo que vio fue a un pequeñito ser humano perfectamente formado y que se movía, respiraba.

Lucio “N” y Diana “N” planearon el aborto y eligieron “tirarlo”

Las conversaciones entre ambos ahora son del dominio público.

Llama la atención el siguiente diálogo:

“Me siento muy mal, Luc”, dice ella. Lucio responde: “sé que está mal esto, pero no había otra forma, o lo teníamos o no lo teníamos”.

El Caso Tultitlán es viral y visible porque hubo una cámara en una casa que grabó el instante en el que el padre “tira” a su hijo en la calle, y porque se reveló la identidad del progenitor debido a que su madre lo entregó. Pero episodios así ocurren todos los días en una ciudad en la que el aborto es legal para proteger el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, para proporcionarles, supuestamente, condiciones ideales para abortar.

La verdad es que los abortos siguen ocurriendo en los baños privados y públicos, y los bebés, vivos o muertos, son desechados por el excusado o tirados a la basura Esto ocurre en un país que avanza hacia la aprobación total de la “interrupción del embarazo” en todo el territorio, con legisladores que se han atrevido a proponer que sea legal y se facilite incluso hasta los nueve meses.

El hijo de Lucio y Diana tenía solo cinco meses en el vientre de su madre, que debía protegerlo, (pero esa es otra historia), no era un feto, no era una bola de células, no era una masa deforme, o una “cosa”; era un bebé, descrito por su madre como formado y vivo. Un niño o niña que no pudo ser abortado, que nació vivo, respiró y se aferró a la vida. El Hospital Regional del ISSSTE reporta que se encuentra estable.

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Abortar, tan fácil como ordenar comida a domicilio

Tengo muchas preguntas para la sociedad, para las instituciones de salud, para las feministas, para las familias, los maestros, para las madres y los padres, para los propios jóvenes y adolescentes ¿por qué pasa esto?

Nunca fue tan fácil abortar en México como lo es actualmente, las famosas pastillas abortivas, -sabemos los nombres comerciales, no lo vamos a escribir aquí-, se reparten a diestra y siniestra, se regalan, se venden sin receta y sin control, los adolescentes las compran en redes sociales.

¿Alguien les habló de las consecuencias de usarlas? ¿De que en un gran porcentaje fallan? ¿De cuál es la dosis correcta? ¿De las consecuencias para el cuerpo de la mujer? ¿De los problemas psicológicos como consecuencia de un mal episodio o un aborto fallido? ¿De qué intentar abortar a los cinco meses de embarazo es una aberración?

Tal vez alguien se los dijo, se supone que hay educación sexual en las escuelas. Ellos ¿quisieron escuchar? La mayoría de los adolescentes carece de la información mínima y no son capaces de distinguir entre la pastilla del día siguiente y las pastillas abortivas, solo que es tan fácil como tomarte una aspirina.

La industria del aborto engaña a las mujeres haciéndoles creer que se puede abortar estando embarazada de cinco meses y hasta de nueve meses ¿porque no? Les dicen que no van a abortar a un niño, sino que van a arrojar un conjunto de células, una masa deforme, en el peor de los casos un feto muerto; que no es necesario acudir a un médico si cualquiera te puede dar las pastillas.

No es un pretexto que Diana esté hospitalizada. El problema es que las mujeres están recurriendo a este método abortivo sin ninguna consulta o asesoría médica, sin información sobre los posibles riesgos y consecuencias, sobre esta práctica que dicen algunos testimonios, es muy dolorosa y se convierte en una verdadera pesadilla.

Pero las instituciones públicas han invertido cantidades millonarias de nuestros impuestos para la compra de estos medicamentos, según reveló un artículo titulado “Tus impuestos para abortos en México” con información obtenida mediante una solicitud de transparencia.

¿No sería mejor invertir en educación sexual? Y ustedes ¿ya hablaron con sus hijas e hijos? Es momento de hacerlo.

npq

La opinión emitida en este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la postura de Siete24.mx

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