Opinión

La Marcha Triunfal

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No cabe la menor duda que la Cuarta Transformación es toda una maestra de las transformaciones, lo que originalmente sería un mitin para defender la dignidad de México el pasado sábado 8 de junio a las 17:00 horas en Tijuana Baja California, convocado por el mismísimo presidente de la República, Don Andrés Manuel López Obrador, se transformó en una fiesta de júbilo, en una celebración por la grandiosa negociación de nuestro señor canciller Marcelo Ebrard Casaubón y finísimas personas que lo acompañaron.

La odisea se desató el domingo y lunes pasados cuando fiel a su estilo el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald J. Trump inició un ataque twittero en contra de México, especialmente en los temas de migración y drogas, y amenazó con poner el 5% adicional de arancel a los productos mexicanos.

En cuanto a la migración, su principal queja, fue que México tiene prácticamente abierta su frontera sur y permite el paso de centroamericanos hacia su país, cosa que no podemos desmentir, a últimas fechas las famosas caravanas migrantes han sido noticia frecuente.

Ante esta amenaza nuestro presidente que se ha distinguido por “abrazos y no balazos” , y que ha demostrado con la importante disminución de crímenes en México que es una política acertada, le respondió a su homologo con una carta, donde para no variar, primero le da clases de historia, tal y como muy seguido lo realiza en el programa matutino llamado “La mañanera de AMLO”, que por cierto hay que felicitar a sus productores ya casi casi logran el realismo que tiene la “Señorita Laura”.

Continúa su epístola mencionando que desea atender la principal causa de la migración que es la pobreza de los pueblos, y propone para ello realizar inversiones estratégicas para evitar que los habitantes de Centroamérica tengan que migrar por la miseria en la que viven en sus países. ¿Qué acaso no ha visto que esa miseria es la misma que tienen miles de indígenas en el sureste de nuestro país?, el buen juez por su casa empieza.

Continúa: “Usted sabe también que nosotros estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad de evitar, en la medida de lo posible y sin violentar los derechos humanos, el paso por nuestro país.”, creo que esto sale sobrando, no sé para que lo pone, está demostrado a creces el gran manejo que tenemos de nuestras fronteras, basta con recordar como a semejanza de los portazos en los estadios deportivos para entrar de gorra a ver una final, entraron a nuestro país miles de migrantes, quedando perfectamente censados y registrados todos los que entraron.

Luego viene la joya de la corona: “No está de más recordarle que, en poco tiempo, los mexicanos no tendrán necesidad de acudir a Estados Unidos y que la migración será opcional, no forzosa. Esto, porque estamos combatiendo la corrupción, el principal problema de México ¡como nunca! Y, de esta manera, nuestro país se convertirá en una potencia con dimensión social. Nuestros paisanos podrán trabajar y ser felices donde nacieron, donde están sus familiares, sus costumbres y sus culturas.”, aquí si me dejó sin palabras, como el mismo diría: “Soy dueño de mi silencio”.

Después del “guayabazo” que se auto infringió, con el corazón abierto confiesa ante Trump: “recuerde que no me falta valor, que no soy cobarde ni timorato, sino que actúo por principios: creo en la política que, en entre otras cosas, se inventó para evitar la confrontación y la guerra”, más claro ni el agua, se le pone al brinco y al mismo tiempo le da su ración de amor.

Y concluye solicitándole de la manera más atenta que sus funcionarios reciban a Marcelito y su pandilla.

Y como era de esperarse, después de esta elocuente carta, con el corazón conmovido Donald J. Trump accedió a la petición de nuestro presidente.

Pero no todo es fácil, Marcelito tuvo que tomar paciencia y hacer antesala unos días hasta que fue recibido por los funcionarios de los Estados Unidos.

Después de dos días de ardua negociación donde prácticamente no durmieron y no comieron, a excepción hecha por #LordCacahuates que sí comió y gracias a Dios no le dio por aventarse un coyotito en las juntas, se logró un acuerdo: dado que construir un muro de 3,145 km es mucho más caro que uno de 965 km, por fin México aceptó construir el muro y pagar por él, además de convertirse en agencia de viajes con transporte, hospedaje y comida para todo aquel centroamericano que desee pedir asilo en los Estados Unidos, o bien que ya no lo quieran por allá, aquí se lo recibimos con las manos abiertas en nuestro “all inclusive”, en lo que decida regresar a su país.

Y a menos de 24 horas, Donald Trump vía Twitter nos informa a los mexicanos que esta gran negociación es válida por 90 días o hasta su próxima ocurrencia, lo que suceda primero, además dejándonos ver que por ahí se quedó en algo acordado a lo obscurito y que no nos han querido decir.

No cabe duda que esta negociación merecía un gran festejo como el que se vio en Tijuana, donde vale la pena preguntarse cuántos fueron al festejo a costillas del erario, de perdida el presidente y su equipo de seguridad, algunos diputados y senadores y uno que otro funcionario del gobierno, que de seguro dirán que fueron pagando de su bolsillo, y no hay porqué no creerles, ya encontrarán el modo de reembolsar el gasto con cargo al pueblo. Qué les gusta unas 50 personas al menos fueron las que partieron de la capital del país a la capital de la migración, cada boleto de avión a Tijuana ronda en los nueve mil pesos y hasta más si es comprado de ultima hora, es decir de puro transporte se gastó la austera cantidad de $450,000.00 más comidas y uno que otro hotel, ya que más de uno quiso quedarse al shopping aprovechando que San Diego está a unos pasitos nada más y ya están por comenzar las Summer Sales.

Si este acuerdo limitado, endeble y sin mayor complejidad fue merecedor de esta fiesta de júbilo y triunfo por parte del gobierno, que fiestones deberían haber realizado cuando se firmaron verdaderos tratados como el TLCAN por el jefazo de la mafia del poder, Carlos Salinas de Gortari, los tratados con la Unión Europea, Japón, el de la Alianza Pacífico y otros más con los que cuenta México, lastima que en esos entonces el gobierno no era austero y nos quedamos sin fiesta.

Domingo Días
domingo.dias@yahoo.com.mx

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