Opinión

¿Por qué ‘Joker’ te vuela los sesos?…

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¿Por qué ‘JOKER’ te vuela los SESOS?… y está bien que lo haga!

Por Mario Székely

Sí… tú. Aquel que va al cine y le teme que la película no valide tú forma de vivir. Sábetelo… que un filme, como toda expresión, no tiene por qué obedecer lo que el espectador quiere toparse. No estamos en un supermercado con manzanas rojas y amarillas donde su forma y sabor ya están más que probadas. Estamos ante una historia, surgida por alguien que quiso contártela de su mejor manera… en este caso la pantalla de luz.

En ‘JOKER’ hay bofetadas, balazos, palabras altisonantes y denigrantes… mucho bullying… y sí… muchas patadas en el estómago.

Porque eso es precisamente lo que TODD PHILIPPS quiso hacer contigo. Quiso, que aún cuando tu eligieras unas de esas manzanas, no pudieras elegir las del frente, las lavadas y hasta pintadas para su venta, sino aquellas ya caídas en el piso, rosadas en el pavimento… listas para fermentar incluso.

Pero si deseas probar de esa sidra, tienes que estar preparado. Es un brebaje con sabores de antaño, viejo, descolorido, rasgado como ese cine de los años 70 que los mismos cines no sabían proyectar, aunque hubiera muchos que les decían eran películas importantes, relevantes, símbolo del hombre y mujer de su época. Obras cinematográficas como ‘Mean Streets’, ‘Taxi Driver’, ‘The King of Comedy’… ‘Network’. Historias detonadas por la rebeldía de sus cineastas y que lo mismo se inclinaron a películas arrancadas por su violencia de las pantallas, como ‘Naranja Mecánica’.

Si JOKER provoca dolores de estómago, no es porque esté mal hecha, o sea un acto de complacencia de egos… sino porque precisamente surge de las entrañas de quienes la filmaron.

Yo no se si ‘Joker’ es una obra maestra; pero lo que sí se es que honesta consigo misma y es lo más honesto que tu vas a ver en pantalla en años.

Phillips y su decisión de abordar los orígenes del JOKER de DC COMICS, responde a una intención personal -no impuesta- y a tener los cojones de pararse frente a la gente de traje y corbata de Warner Brothers, pidiendo permiso para usar a uno de sus personajes que ya no necesita consagración (Los 80 años de BATMAN de este año y los trofeos que ha llevado ese universo, incluyendo el OSCAR de LEDGER, son testimonio suficiente).

Por ello… como todo arte… decide lo que quiere decir tus dedos en las teclas o tu boca en las tomas de café o cerveza; pero empieza por descubrir con tu mirada, hacia dónde está apuntando el cañón de esta película llamada ‘Joker’ (‘Guasón‘ en México). Y ahí estás TÚ.

TÚ… cuando la ciudad que caminas te hace sentir menos, poca cosa o nada. Y TÚ, cuando haces lo mismo a tus semejantes. Ese mero acto, es el acto más grande de violencia que ‘JOKER’ revela y es el que menos nos da pena o incomodidad observar, mostrando que no es nada relevante a cuestionar, mientras que le decimos a nuestro semejante (“prójimo” para los católicos que somos), que NO IMPORTA.

Es OBVIO que no se debe celebrar a un villano, a un psicópata como el JOKER, cuya corrosión se manifiesta al darle la espada a todo acto de bondad hacia los demás y vuelve su vida un acto de venganza y desquite. Es OBVIO que las acciones del payaso que se niega a reírse de sí mismo y se torna en verdugo burlón de los demás, no es rol model para nadie que desee encontrar la felicidad. Y es OBVIO que JOKER es un personaje que si ponemos en la mesa de autopsia, saldrá mucho de lo podrido que hace a una ciudad un sitio sólo de supervivencia. Y también es OBVIO, que un autor como Phillips puede elegir qué tanto desea abrir la ventana para que entre la luz a su historia o personajes.

Por eso debemos de recordar la vocación del CINE. Arte que fue denominado el séptimo y que de camino reúne a todas las artes, para en algún punto revelarnos algo más sobre nuestra humanidad. Para crear debates, filosofía y largos ensayos… o por lo menos pláticas donde usamos de excusa lo descolgado de la pantalla para abordarnos a nosotros mismos.

JOKER es un gran pretexto para que a inversa al villano o sombra de BATMAN, miremos no arriba, sino hacia al lado… donde ese IGUAL A TÍ está esperando a ser visto y no ignorado. Las consecuencias, de ese desdén -así como darle la espalda a esa vocación del cine de crear empatía- serían funestas para TÍ y para MÍ; porque el mundo no es solo bicolor, sino una gran plasta de colores que se desliza de nuestro ser.

npq

 

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