¿Por qué no le escribe a su diputado federal, y a su senador?    

Uno de los recursos más favorecidos de un muy buen porcentaje de los ciudadanos mexicanos es, además de culpar de todo mal a los políticos, hablar pestes de diputados y senadores.

Al margen de su bien ganada fama, hay un aspecto que vale la pena comentar, no únicamente acerca de ellos, sino de los ciudadanos que viven en el distrito de los primeros y la entidad federativa de los segundos.

Las quejas de quienes dicen ignorar todo de uno u otro cambio legislativo, los lleva a creer -sí, a creer, casi como artículo de fe-, todo lo que dice una buena parte de los comentócratas quienes, además de las más de las veces apegarse al texto del socorrido boletín, tienen aborrecida la práctica de estudiar aquellos temas que ignoran.

Hoy tenemos un ejemplo que ni mandado hacer para lo que hoy me ocupa: El Proceso Penal Acusatorio o si lo prefiere, los juicios orales para decirlo de manera coloquial, quizás de manera no correcta.

El juicio del hoy ex gobernador de Veracruz en su primera audiencia, sirvió para que la casi totalidad de los opinantes profesionales lanzaran juicios que para afirmaban, sin la menor duda, que para cuando usted lee esta colaboración, Duarte disfrutaba de su libertad.

La ignorancia y la seguridad absoluta que proporciona a quien opina de todo pero de nada sabe, tienen efectos perversos en el mensaje que envían quienes opinan en los espacios mediáticos sin antes, como es nuestra obligación, estudiar e informarse de aquello que uno ignora para, así, poder emitir una opinión soportada en el conocimiento, no en la víscera o las simples fobias.

Por eso la pregunta del título. Primero le preguntaría: ¿Conoce usted el nombre del diputado federal de su distrito? ¿Y el de los tres senadores de la entidad donde reside?

Y de conocerlos, ¿sabe cómo comunicarse con ellos? Y de saber los teléfonos de sus oficinas y su dirección electrónica, ¿tendría interés en comunicarse con alguno de ellos?

¿Se atrevería a responder por qué sí o por qué no?

Ante los temas que le afectan a usted como ciudadano, los cuales resultan de una modificación legislativa, ¿por qué no preguntarle al que lo representa y al que representa la entidad donde usted vive, el impacto de la modificación y también, por qué no, las razones de su voto?

En el ejemplo que arriba mencioné, si usted ignorare los elementos del nuevo sistema penal u oral -como usted prefiere llamarlo-, nadie mejor que sus legisladores para informarle.

Luego entonces, ¿a qué se debe que tomemos como verdades absolutas lo que un desconocido -casi con seguridad. un ignorante del tema y motivado por la ideología y/o la política-, en vez de solicitarle a nuestros legisladores la información correcta?

¿Qué explica esa apatía nuestra, para no comunicarnos con quienes nos representan en el Congreso?   

¿Por qué no intentamos un ligero cambio? ¿Por qué no averiguar, tanto en la página del Senado de la República y en la de la Cámara de Diputados, teléfonos y direcciones electrónicas y empezamos a comunicarnos con ellos para solicitar información de éste o aquel tema?

¿Lo haría usted?    

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